Motochorros matan a un radiólogo en medio de incontenible ola de asaltos

Un técnico en radiología fue asesinado de un tiro en el cuello por motochorros que lo atacaron cuando esperaba colectivo para regresar a su vivienda, luego de un encuentro en la casa de su exsuegro. Ocurrió ayer de madrugada frente al Hospital Central del IPS.

Justo Amado López Garcete.
El asesinato ocurrió en una parada de colectivos en Sacramento casi Lombardo, frente al IPS.
audima

La nueva víctima de la inseguridad es Justo Amado López Garcete, de 43 años, quien trabajaba ocasionalmente en el servicio de Radiología del Instituto de Medicina Tropical (ex-Lacimet).

Policías de la comisaría 12ª de Asunción dijeron que, como cada sábado, el hombre estaba de visita en la casa de su exsuegro.

Luego del encuentro, el radiólogo salió de la casa ya casi a las 02:00, pese a que le pidieron que se quedara a dormir porque en ese momento caía una tormenta y porque ya no habría colectivo para movilizarse.

Pese a todo, Justo Amado insistió en marcharse, porque quería llegar como sea a su casa de Fernando de la Mora para evitar que sus familiares se preocuparan por él.

Justo Amado López Garcete caminó casi un kilómetro por avenida Lombardo hasta que salió a la avenida Santísimo Sacramento, donde se refugió debajo del techo de unas casillas que funcionan al lado de la farmacia Catedral, en el carril de ingreso a Asunción.

Mientras esperaba la Línea 18, aproximadamente a las 02:30, una moto oscura se acercó al hombre y uno de sus ocupantes lo encañonó con un arma.

La víctima del asalto ofreció resistencia y al tratar de desarmar al delincuente acusó un tiro en el cuello, de arriba hacia abajo, sin orificio de salida.

El conductor de un coche que esperaba en el semáforo de Sacramento y Lombardo escuchó la detonación y vio en su espejo retrovisor que una moto se alejaba raudamente del lugar.

Entonces, el automovilista retrocedió unos 30 metros y ya vio tirado en el suelo a la víctima, por lo que pidió auxilio.

Los primeros en llegar fueron los bomberos, quienes le practicaron los primeros auxilios. Supuestamente, la ambulancia solicitada demoró exageradamente en llegar y eso conspiró para el fallecimiento del hombre que deja desamparadas a tres hijas.

El lugar donde fue asesinado Justo Amado López Garcete, ayer de madrugada, queda a solo un kilómetro y medio de donde el 27 de mayo pasado fue ultimado a balazos el dirigente del club Rubio Ñu Félix María Quiñónez Paiva, de 33 años.

Este fue atacado cuando llegaba a su casa con su esposa, procedentes del Banco Nacional de Fomento (BNF), de donde retiraron un préstamo de G. 43 millones que fue sustraído por los dos motochorros que cometieron el homicidio.

Quiñónez había sido dado de alta un día antes, luego de superar un cuadro grave de covid. El dinero que le robaron al matarle, justamente, era para cubrir las cuentas que le generó su internación por coronavirus.

El 31 de mayo pasado, el funcionario del TSJE Alejandro Arza Arréllaga, de 27 años, también fue baleado por asaltantes en el barrio Mariscal Estigarribia de la capital, al defender a una mujer.

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