Nicely Arréllaga Trovato es egresada de la Universidad Católica Ntra. Sra. de la Asunción. Como especialista en ginecología y obstetricia, se formó en el Hospital General Materno Infantil San Pablo-Universidad Nacional de Asunción. Ha colaborado con artículos científicos en revistas indexadas internacionalmente. Sus investigaciones, desde el 2009, abarcan temas como análisis de actividad antibiótica en venenos de serpientes autóctonas del Paraguay, o seudohermafroditismo femenino, entre otros. Su trabajo tesonero fue distinguido a nivel nacional desde la época de estudiante hasta hoy día como profesional médico. Actualmente la Dra. Arréllaga se dedica por completo a su especialidad, tanto en el sector público como privado.
“Como investigadora siempre he buscado la forma de dar a conocer los resultados de las investigaciones en forma clara, concisa y fidedigna”, dice. Su artículo Depresión posparto en mujeres puérperas del Hospital General Materno Infantil San Pablo figura en la Revista Centroamericana de Obstetricia y Ginecología (versiones impresa y digital)
–¿Qué precisa una investigación científica para ser publicada?
–Además del esfuerzo propio, está la evaluación recurrente de los colegas, y a eso se le suma la validación que se necesita de las revistas académicas para publicar el artículo. Ya publiqué anteriormente dos artículos en revistas extranjeras.
–¿En cuánto tiempo se aprueba un texto para su publicación?
–Todo es un proceso lento, desde la redacción de un artículo hasta el envío puede pasar un año o más tiempo para ser publicado y evaluado por el comité correspondiente. El interés por publicar un artículo científico está basado en lo significativa que sea tu aportación.
–¿Es su especialidad una de las más divulgadas a nivel científico?
–La detección precoz de las enfermedades ginecológicas, la optimización de los métodos de planificación familiar y el tratamiento de la esterilidad y la infertilidad configuran las áreas de interés de la ginecología de vanguardia. En la obstetricia, la disponibilidad de métodos de estudio cada día más sofisticados ha permitido redefinir la vigilancia del embarazo como una atención integral al binomio madre-hijo, proporcionando a la obstetricia una dimensión de auténtica disciplina científica. El campo de la ginecología y obstetricia, en sus diversas áreas, es sin duda una de las más divulgadas a nivel científico.
–¿Cómo afecta la pandemia a los estudios de ginecología?
–Actualmente, a nivel internacional las investigaciones están dirigidas principalmente al estudio de las vacunas covid-19 para las mujeres embarazadas, los efectos de la enfermedad sobre las madres y los efectos que pudiera tener en el feto. Aún no se tiene un claro conocimiento acerca de la forma que afectará al recién nacido la infección del virus. Por tanto, es indispensable agudizar la observación clínica, sistematizar la experiencia clínica, documentar casos y publicarlos. El estudio del cáncer en ginecología tiene mucho enfoque dirigido a nivel de financiaciones en investigación, siempre se encuentra a la vanguardia. Hay muchos países cuyas autoridades conocen la importancia que es la ciencia para el desarrollo de una sociedad e invierten fuertemente en investigación científica y tecnológica. En nuestro país, sin embargo, el presupuesto destinado a estas ramas es mínimo. Deseo que mi país contribuya al adelanto científico del mundo actual, pero mi deseo depende de un Estado que también así lo desee. Con la llegada del covid-19 el foco de la atención sanitaria ha estado puesto en esta situación de crisis internacional, lo que implicó una significativa pérdida de importancia de distintas especialidades médicas. La ginecología no fue la excepción. Es muy importante continuar con los controles prenatales, seguimientos y reprogramar cirugías y demás prácticas que habían quedado postergadas.
Un trastorno mental marginado
Como médica ginecóloga, desarrollando en forma autodidacta la investigación científica en su escaso tiempo, Nicely recibió la grata noticia con mucho entusiasmo. “Nunca pensé en dedicarme a investigar. No era consciente de la repercusión y relevancia de este oficio, de lo que aporta a la sociedad. En Paraguay no existen estudios publicados en revistas extranjeras sobre la depresión posparto, por lo que mi trabajo brinda una aproximación inicial al estudio de esta patología en nuestro país, su prevalencia y los factores relacionados con la enfermedad”.
–¿Han aumentado los casos de depresión posparto en Paraguay?
–La depresión posparto es una enfermedad que afecta a muchas mujeres cada año, pero como no es un padecimiento muy difundido, muchas de quienes lo presentan no son tratadas e, incluso, la mayoría de ellas lo ignora. En mi especialidad nos ocurre que, al momento de evaluar nuestras pacientes, especialmente gestantes y puérperas de manera rutinaria, la salud mental desaparece de nuestro campo de consideración, hasta la próxima vez que alguien vuelve a mencionar o algún boletín nos vuelve a recordar. Según cifras reportadas en EE.UU. y Reino Unido, la depresión posparto puede afectar del 5% al 10% de las gestantes. Poner estos números en el contexto de nuestro país y de nuestros hospitales fue lo que me motivó a estudiar esta patología en nuestro escenario, y los números obtenidos (34%) al compararlos con otros países dejan entonces de sonar fríos y toman la forma de la paciente que entra en mi consultorio y que nunca dirá lo que siente por temor al rechazo, la burla o indiferencia.
–¿La depresión posparto podría darse también después de un aborto?
–Sí, es una enfermedad grave que puede ocurrir en los primeros meses después del parto, pero también después de un aborto espontáneo o de la muerte fetal intrauterina.
–¿Disminuyeron los embarazos durante el 2020?
–No hay datos estadísticos al respecto que puedan darnos la pauta de un aumento de embarazos, pero considero que probablemente hayan aumentado los embarazos no planificados en las adolescentes, de acuerdo a mi observación cuantitativa en consultorio.
–No es mito aquello de que somos un país de mujeres fértiles.
–Las tasas mundiales de fecundidad están en declive, sobre todo en los países industrializados, donde se prevé una disminución drástica de las poblaciones durante los próximos 50 años. La tasa actual de fertilidad en Paraguay es de un promedio de 2 hijos nacidos por mujer, cifra que representa una tasa de reemplazo para una población y que asegura una estabilidad relativa en este contexto. Por lo tanto, podemos decir que somos un país de mujeres muy fértiles.
–Además del reconocimiento profesional, ¿a qué apunta su investigación?
–Albergo la esperanza de que trabajos de investigación como el mío, proporcionen elementos que puedan justificar la creación de programas institucionales para la detección temprana de la depresión posparto en nuestro país, y lograr así la capacitación temprana de una paciente que podría estar evidenciando el primer episodio franco de una enfermedad mental mayor. Porque hoy, sin diagnóstico y tratamiento específico, nos toca ser testigos de episodios trágicos que esporádicamente se dan en nuestra sociedad.
Curando a otras mamás
Nicely es esposa y madre, tiene 3 niñas, Paulina (5) y Chiara y Nicole (1 año y 8 meses). Desde muy chica quiso ser médica y sus padres hicieron su sueño posible. “Me considero amante de la ginecología y del cuerpo de la mujer, lo cíclico y mágico de la naturaleza femenina”, afirma. Combina el ejercicio de su profesión y un curso de posgrado con la atención de su familia. Siendo médica le ha tocado pasar Nochebuenas lejos de los suyos, en especial de la nenas, “pero mis hijas entienden que si mamá no está es porque fue a ‘curarles a otras mamás y traer bebés al mundo’, eso me llena el alma”.