Las oficinas paraguayas de Yacyretá informaban el martes último que la ANDE retiró en mayo de Yacyretá 115 GWh (1 GWh = 1000 MWh), en tanto que en los 5 meses del año, 892 GWh.
Si cotejamos estos registros con los del mismo período del ejercicio anterior, veremos que en mayo la ANDE retiró solo 61 GWh, o sea 88% menos. De enero a mayo de 2020, la estatal paraguaya trajo de Yacyretá solo 648 GWh.
Si limitamos el cotejo a la tasa de cada mes de este año, veremos que la de enero fue superior en 203,6%, 340 GWh contra 112 GWh.
En mayo del 2020, la ANDE apuntó su tasa más baja de aprovechamiento de la energía de Yacyretá: apenas 61 GWh.
El último mes de este año alcanzó 115 GWh, que duplica a la cifra anotada en mayo de 2020, pero comparado con la de enero último, fue 225 GWh inferior.
La alternancia frecuente de picos y caídas en la curva de aprovechamiento del mercado local de la energía de Yacyretá, el proyecto más costoso para el país no solo en aportes ambientales, sino también económicos, refleja con mucha fidelidad la ausencia de una política energética en el país, especialmente respecto a centrales hidroeléctricas binacionales.
Yacyretá, castigada también por la bajante del Paraná, generó entre enero y mayo 6.158 GWh, de los que 3079 GWh pertenecen a nuestro país, según el Art. XIII del Tratado.
Según los datos de la EBY, la ANDE retiró 892 GWh, o sea el 29% de su alícuota en esa central y cedió al sistema argentino el 71%.
Reiteremos que en el pago de la compensación por cesión de energía, que ronda US$ 8/MWh, hay un atraso de 10 meses. En efecto, la última transferencia data del 11 de julio de 2020.
Ramón Casco Carreras