Isaura Raquel Bogado Ortega, de 20 años, desaparecida desde el 13 de abril, fue encontrada muerta ayer en un patio baldío del barrio San Carlos de Ñemby. Los investigadores del Ministerio Público estiman que su deceso se produjo hace cerca de un mes; es decir, casi dos semanas después de haber desaparecido. La tesis inicial del Ministerio Público es que se trató de un suicidio, por la forma en que fueron hallados los restos.
El caso generó conmoción en la sociedad por cómo se fue desarrollando la búsqueda. La ciudadanía entiende que ni la Policía ni la Fiscalía hicieron todo lo que debían para encontrar rápidamente a Isaura. El hallazgo de sus restos volvió a elevar la voz de “Ni una menos” en las redes sociales, donde el caso sigue siendo tendencia.
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La fiscala Mirtha Ortiz, una de las que investigan el caso por parte del Ministerio Público, defendió su posición este jueves en conversación con ABC Cardinal. Explicó que la búsqueda se hizo desde el momento de la denuncia y que en el camino se encontró con muchas trabas que impidieron un correcto avance del caso.
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En ese sentido, dio a entender que la madre de Isaura, María de los Ángeles Ortega, retaceó información y que eso no ayudó a seguir adelante con la búsqueda. Como dato resaltante, explicó que, por ejemplo, la ahora fallecida intentó sacarse la vida en otras tres ocasiones y que su mamá se molestaba cada vez que se mencionaba ese dato.
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“Hacemos un trabajo responsable, hicimos la búsqueda; tuvo muchos inconvenientes porque hubo muchas medias verdades. Muchos amigos contaron lo que ella estaba padeciendo, lo que padecía. Hablaban de constantes conflictos en el entorno familiar, de ciertos maltratos en la familia, de maltratos de la expareja de la madre. Eso lo dijeron los testigos. Esta es la cuarta vez que intentó eso, es la cuarta vez que intentó sacarse la vida”, sostuvo la agente.
Ortiz habló también de que la joven atravesaba una fuerte crisis depresiva y que, según su entorno, hablaba siempre de una cuestión familiar que le causaba mucha rabia e impotencia. La fiscala dio a entender nuevamente que su familia no le dio la contención necesaria. “(Isaura) no recibió la debida contención en su momento”, remarcó.
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“La madre mencionó que la hija estaba sufriendo una crisis depresiva pero que su tratamiento era irregular, solo acudía cuando tenía sus crisis”, manifestó la agente, que hizo énfasis en que todos estos datos surgieron solo porque los fue descubriendo tras declaraciones de sus amigos y no de su entono familiar.
Sobre la investigación en sí, mencionó que la mamá de Isaura reconoció la letra de su hija en la carta hallada junto a sus restos, pero indicó que el Ministerio Público igualmente hará el peritaje de la caligrafía. “Ese es un estudio técnico y lleva su tiempo. Ayer de tarde/noche recién incautamos eso, pero se avanzará con el peritaje. También encontramos un teléfono que estaba totalmente apagado. La madre reconoció la letra, pero vamos a hacer de igual forma el peritaje”, explicó.
Además, la fiscala adelantó que se tomará declaración a quienes encontraron los restos de Isaura ayer, alrededor de las 17:00, para tener más precisión sobre cómo fue hallada.
Cabe recordar que la madre de Isaura hablaba de que su hija era víctima de una red de trata de personas que la tenía secuestrada, posiblemente en el exterior. Inclusive indicó que la habían llevado a Bolivia.
En el caso hubo tres allanamientos: el primero se hizo en la vivienda de Orlando Sánchez, exjefe de Isaura. En ese sitio se incautó el teléfono celular del hombre. El segundo procedimiento se realizó en el local Dementium Tattoos, en Ñemby, propiedad de Orlando Sánchez y donde Isaura trabajaba como tatuadora. Allí se encontró la caja del iPhone de la joven. El tercer allanamiento se realizó en el inquilinato del venezolano Jesús Sánchez —con quien presuntamente Isaura inició una relación sentimental antes de su desaparición de Luque el 13 de abril– donde la Fiscalía encontró medicamentos y un frasco de inhalador antiasmático que presuntamente eran de la joven, ya que padecía esa enfermedad.
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