El martes de esta semana se habilitó la vacunación contra el COVID para las personas mayores de 85 años en 80 vacunatorios del territorio nacional. Automáticamente, esos centros se llenaron de personas que llegaban con la esperanza cifrada en seguir viviendo. Y algunas de ellas lo hicieron con toda la onda.
La grulla blanca expande sus alas
El miércoles, Félix Guzmán (87) llegó al hospital San Pablo y mientras esperaba el momento de recibir la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19 decidió alegrar al resto de la concurrencia haciendo un despliegue de vitalidad, flexibilidad física y equilibrio. Y así trazó un movimiento que en el Taichi Chuan recibe el poético nombre de “La grulla blanca expande sus alas”, pero al que la mayoría se referiría simplemente como “bailar en una pata”. ¿Y en su lugar, quién no bailaría de felicidad?
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“... Menos me va a matar esta mierda de vacuna”
“Dudo que me hayan puesto, porque no sentí absolutamente nada. Son amabilísimas las chicas, un encanto todas las enfermeras y dice que me pusieron porque tengo la foto, pero yo no sentí nada. Son superprofesionales, un encanto, amables, porque mirá que somos hinchas las mujeres mayores, sobre todo yo, tengo 86 años y ya soy superhincha (...) Qué voy a tener ninguna reacción, eso es parte nomás de… Yo soy una enferma de cáncer, o sea que si yo no me morí del cáncer, menos me va a matar esta mierda de vacuna”, dijo la ex diplomática paraguaya Lilia Romero Pereira (86), o simplemente Lilita, cuando la entrevistó un periodista de C9N.
La que fue consulesa de Paraguay en Barcelona, España, por unas tres décadas y también vocera de la Asociación de Mujeres de Apoyo Contra el Cáncer de Mama se hizo viral con esta respuesta y se ganó el cariño de las redes.
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El sueño mágico de Bibi
Otro señor que se vacunó fue el ingeniero y arquitecto Enrique Landó (89). Lo incluimos en esta lista porque su hija, Bibi Landó, conductora de programas de radio y TV, había contado en su cuenta de Twitter que don Enrique no quería saber nada de sentir esa aguja adentrándose en su casi nonagenaria humanidad. Pero al día siguiente cambió la historia.
“Yo era muy reacio porque desconfiaba de la intervención en el ADN, pero esta es una vacuna que tiene un virus desactivado. La vacuna es eso: poner un elemento débil para crear la reacción del cuerpo, que lo protege. Entonces, tiene los anticuerpos necesarios para protegerlo. Aunque no cura, te protege y aunque te contagies no llegás a últimas instancias, sino que tenés una defensa del cuerpo muy potenciada, por eso me vacuné con esta Covaxin”, contó con envidiable lucidez sentado en el asiento del auto, desde el estacionamiento del hospital.
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Doña Elisa, 102
De doña Elisa no sabemos mucho, pero definitivamente, por el simple hecho de pertenecer al exclusivísimo club de centenarios vacunados ya le otorgamos automáticamente la categoría no de cool, sino de megasuperultracool.
Su nieta, la escritora Patricia Camp, exultante, publicó la foto del momento preciso de la vacunación en Twitter y contó que Elisa -a quien calificó de única e inigualable- se cuidó mucho y seguirá con los cuidados, aun luego de vacunarse.
Soltero y buscando novia
Otra enternecedora historia es la de Don Cabral (87), todo un picarón. A la hora de conquistar, le gusta restarse unos añitos. Dice tener “apenas 66” e incluso antes de salir de casa para ir a vacunarse ayer seguía afirmando que esa era su edad.
Pero su historia cambió cuando vio a la dulce enfermera que debía vacunarlo. Entre bromas, ella le dijo que solo le gustaban los mayores de 85 años, a lo cual rápidamente Don Cabral responde: “Parece mentira porque yo justo tengo 87”. El momento fue captado en video por su nieta, Verónica, y compartido por muchas personas en Twitter.
La nieta contó que su abuelo fue vacunado en el Hospital Materno Infantil de Fernando de la Mora y que no tuvo ningún temor ni duda cuando le contaron que debía ir a vacunarse. Eso sí, no dimensionaba el alcance de la pandemia debido a que no sale de casa desde hace tiempo. “Cuando llegamos y mi papá le estaba anotando nos quedamos nosotros dos en el auto esperando. Ahí me preguntó porque la gente usa un cubrebocas y le expliqué que estamos en pandemia y que hay un virus que está matando mucha gente, y que por eso le trajimos a que se vacune. Y ahí feliz me dijo: ‘Ah ¿entonces me toca a mí?’ Y le dije que sí. Que ahora se vacunan los mayores de 85”, relató Vero.
Y así termina esta breve lista, aunque sabemos perfectamente que hay muchísimos otros +85 que merecerían integrarla. Mientras esperamos que -ojalá más temprano que tarde- el acceso a la vacuna contra el coronavirus se universalice y alcance a toda la población, vibramos y nos emocionamos, como si de nuestros propios abuelos y abuelas se tratara, con cada video, cada historia, cada foto de un adulto mayor siendo vacunado, feliz, sano, con confianza en la ciencia y, por ende, ganas de seguir pisando esta tierra.