El escenario se repite en todos los hospitales: decenas de familiares de pacientes esperan afuera noticias sobre el estado de salud de los internados. No se trata solo de ansiedad por conocer la evolución de cada uno, sino también de estar atentos a si necesitan o no determinadas drogas que el Estado no puede proporcionarles.
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El Hospital Distrital de Lambaré no escapa a esa realidad. Los parientes de quienes allí están internados por COVID, como también por otras patologías, necesitan heparina o enoxaparina sódica, anticoagulantes que son claves a la hora del tratamiento de los enfermos.
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“Todo es comprar medicamentos, todo está en falta”, dijo a ABC TV una mujer que se identificó como Mariela y cuya suegra está hospitalizada en el lugar desde hace una semana. Además de gastar por remedios, también lo hacen por estudios médicos.
“Conseguimos mediante amigos. Lo que más estamos necesitando son anticoagulantes”, fue el testimonio de otra señora que está en vigilia a la espera de noticias sobre un familiar. Ella detalló que, dependiendo de la dosis, el gasto varía: una caja con una ampolla de enoxaparina cuesta alrededor de G. 55.000 y, cuando no pueden conseguir ese medicamento, que es nacional, deben recurrir a uno importado que cuesta alrededor de G. 150.000 y que trae dos ampollas. En su caso, debe asegurar dos unidades por día para el tratamiento de su pariente.
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Todos los consultados por la periodista Lorena Aponte, quien hizo un sondeo en el sitio, necesitan las ampollas de este anticoagulante, que el hospital no les puede proporcionar. Los entrevistados explicaron que muchos de ellos pueden sostenerse a raíz de las donaciones de personas que se acercan hasta el sitio para entregarles estos medicamentos. Resaltaron que, además del gasto, muchos no pueden siquiera ir a trabajar por estar cuidando a sus familiares.
Ayer, familiares de pacientes del Hospital Central del IPS denunciaron que, además de tener que comprar los medicamentos, no tienen un sitio digno para poder hacer la vigilia a la espera de noticias sobre sus parientes. En el caso de Lambaré, al menos hay carpas que resguardan a las personas.
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Hasta ayer, 2.606 personas estaban internadas por COVID en todo el país. Del total, 436 se encontraba en terapia intensiva. Con 62 fallecidos más mencionados en el reporte diario, los decesos treparon ayer a 4.584.
La crisis se agrava aún más con la falta de camas tanto comunes como de terapia. La falta de provisión de oxígeno es también ya una realidad en varios hospitales.