La Dirección de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA realizó un ensayo clínico sobre la utilización de plasma de pacientes que se recuperaron del COVID-19 en otros pacientes que se enfermaron. El estudio empezó en agosto y terminó en diciembre del año pasado.
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Participaron 17 centros hospitalarios, privados y públicos, entre ellos los de la red del Ministerio de Salud, el Grupo San Roque, Migone, entre otros. Pacientes mayores de 18 años con COVID-19 positivo y con algún factor de riesgo, como personas con más de 65 años, asmáticos, diabéticos y también se incluyó a personal de salud, según manifestó hoy a Monumental la doctora Angélica Samudio, directora de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA.
“El objetivo principal fue evaluar la mortalidad a los de 30 días después de la primera transfusión de plasma. Ingresaron en nuestro estudio 377 pacientes, fueron dados de alta 84% (316) y tuvieron una evolución desfavorable el 16% de los cuales 54 pacientes entraron a UTI y 7 fallecieron en sala”, explicó Samudio.
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“Como conclusión final, pensamos que el plasma es importante, pero dentro de ensayos clínicos controlados. No se puede hacer el uso extensivo del plasma, creo que se debe desalentar”, sostuvo.
En cuanto a los detalles del estudio realizado, señaló: “Nuestros datos finales, observamos que la población del estudio que presentaba dos o más factores de riesgo o tuvieron solo diabetes, tuvieron una diferencia estadísticamente significativa más alta en los pacientes críticos y fallecidos”.
“Dentro del grupo de factores de riesgo, la presencia de dos factores de riesgo tienen diferencia en la sobrevida en los otros grupos de riesgo. También nos dimos cuenta de que nuestra intervención fue tardía. La mayoría de los estudios dicen que para que el plasma tenga una diferencia significativa en la sobrevida, debe ser aplicada dentro de los tres días. En nuestro caso, los pacientes se internaron en su mayoría en el sexto día y lo aplicamos en el noveno día”, relató.
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Samudio destacó la importancia del estudio y aunque primeramente incluso se hicieron campañas para alentar la donación de plasma, este estudio cambia la percepción sobre su uso. “Así como al principio de la pandemia, como otros miles de medicamentos, se tenía la idea de que podían ser útiles y al final se desalentó su uso”, alegó.
En el Centro Nacional de Servicios de Sangre, afirmaron hace un mes, que estaban esperando los resultados de este estudio para decidir si volverían a aplicarlo a los pacientes.