En el atentado, perpetrado por seis sicarios que actuaron en tres motos, perdieron la vida el padre de Nacho, Ignacio Ramón Rodas (60), y el nieto de este, Brahian David Martínez Rodas (17).
“No tenemos protección, vivimos con miedo porque no tenemos seguridad. Tras el ataque pedimos auxilio en la comisaría del barrio Kennedy, pero hasta ahora no tenemos respuesta, pese a que nos prometieron resguardo policial”, manifestó en comunicación con nuestro diario Yiannina Rodas (22), hermana del recluso.
La joven pidió a la fiscala Carolina Martínez y a la Comandancia de la Policía que atiendan el caso de su familia porque temen que el ataque de los sicarios se repita.
Los matones dispararon a mansalva contra los seis miembros de la familia Rodas que estaban sentados en el patio, dos de los cuales murieron, dos salieron heridos y otros dos resultaron ilesos.
Según la investigación policial, el ataque fue ordenado desde la cárcel de Tacumbú por el líder del clan Rotela, Armando Javier Rotela Ayala, quien a su vez “marcó” a Nacho luego del motín que hubo el mes pasado y que dejó siete presos muertos.
Tras ese episodio, Nacho fue evacuado de Tacumbú y confinado en la Agrupación Especializada, por su propia seguridad, aunque las víctimas colaterales esta vez fueron su propio padre y el hijo de una de sus hermanas.