El arroyo Kuri’y desemboca en el arroyo Potîy, y ambos conforman el subembalse Mboica’ê del gran lago formado por la represa de Yacyreta. Debido a la falta de mantenimiento en la limpieza del curso hídrico, este subembalse se convirtió en un sumidero de algas muertas, totalmente colmatado de camalotes y algas.
La catastrófica situación ambiental motivó que los intendentes municipales de los dos distritos que comparten estas aguas, Encarnación (Luis Yd) y Cambyretá (Javier Pereira) pidan la intervención de la unidad de medio ambiente del Ministerio Público, semanas atrás.
A raíz de las denuncias, la EBY comenzó el retiro de la masa vegetal acumulada en el subembalse, una tarea desarrollada en forma precaria, desde canoas, pero las tareas se limitan al sector del arroyo Potîy.
“Lo que pedimos es que entren a trabajar en la zona del Kuri’y, donde las algas colmatan el curso de agua y hacen imposible las prácticas”, sostuvo el director técnico del club, Rubén Brítez.
Durante los últimos meses, padre de los jóvenes y los mismos atletas estuvieron trabajando en limpiar el curso de agua, cortando y retirando las ramas y malezas que cubrían el cauce, con el fin de hacerlo navegable. Estos trabajos se realizan con gran esfuerzo debido a la precariedad de medios con los que cuentan. Todo se hace “a pulmón”, señalan.
A esto se suma otro problema, y que es la inconsciencia ciudadana de arrojar basuras en el curso hídrico, o en los alrededores del arroyo, los cuales luego terminan cayendo al agua.
El domingo último, voluntarios de la Agrupación de Reserva Naval de Encarnación realizaron una “minga” ambiental en el lugar, retirando basuras del agua, mayormente bolsas de plástico, botellas y hasta pañales desechables, que contaminan el curso hídrico.
A la grave situación de contaminación se suma el hecho de que un puente en construcción entre los barrios San Francisco (Cambyretá) y Chaipé (Encarnación, está cortando el flujo normal del agua, y esto contribuye al aumento de las algas por el agua estancada.