Aunque genere incertidumbre en los padres, que deberán reorganizarse en las casas ante esta nueva situación, el nuevo ministro de Salud, Dr. Julio Borba, confirmó ayer en conversación con ABC que la educación presencial se suspendería por unos diez días, o dos semanas, no por la aparición de casos de covid-19 en las escuelas, sino para reducir la movilidad de la población.
“Se va a trabajar sobre un mapa epidemiológico. En donde hay mayor contagiosidad es donde vamos a sugerir la suspensión de las clases por dos semanas”, dijo Borba. “Estamos muy embretados. Tenemos que disminuir al máximo la movilización de la gente. No digo que en los colegios sea el problema, pero es una cuestión de movilización”, añadió. Adelantó que “probablemente” la medida se tome en Asunción y Central, principales focos de contagio actualmente.
El nuevo ministro de Educación, Juan Manuel Brunetti, dijo: “Lo esencial es la salud, al igual que la educación de nuestros niños. Vimos a niños que eran felices al volver a las escuelas. Analizaremos caso por caso las clases presenciales”. Señaló que hablará con Borba al respecto.
Alexandra Vuyk, representante de Salud Pública para la elaboración del protocolo de retorno seguro a las escuelas, explicó que la suspensión de clases por diez días, por sector, está contemplada en el documento y será una constante este año. Se trata de “una gran victoria para la educación y los niños, porque pueden seguir las clases presenciales donde hay condiciones más seguras”, dijo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que los colegios no son focos de supercontagios de covid, sino que reflejan lo que pasa en la sociedad.
Por su parte, la organización FEP insta a los maestros a seguir desarrollando solo clases virtuales. El gremio perdió el amparo presentado contra la educación presencial, pero apelará la decisión, indicó su presidente, Silvio Piris.
El sindicato de directores Sinadi afirma que 52 instituciones educativas ya tuvieron que suspender actividades parciales o totales por casos de covid.