En una entrevista para Radio Formosa, Fernández fue consultado si ve la situación de la provincia como un problema institucional o un arma de la oposición, refiriéndose a la crisis social desatada luego de que se declara el regreso a la Fase 1 de la cuarentena a raíz del aumento de casos de coronavirus. El presidente dijo que la situación en la provincia se debe a cómo está el país vecino, Paraguay.
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“Se está descuidando la situación de Formosa, que está pegado a un país, que es Paraguay, que está viviendo un rebrote de la enfermedad y una escalada de los contagios, impresionante. Los datos que ciruculan ahí son para preocuparse. Virtualmente, hoy Formosa tiene una frontera seca, porque el río que lo divide a Formosa de Paraguay, hoy día tiene muy poca agua y la tarea del contrabandista no cesa, contrabandea cosas, cigarrillos y con el cigarrillo trae virus. Ese es el problema central que tiene Formosa”, alegó Fernández.
El presidente dijo que a eso se suma la cantidad de vacunas que tiene Formosa, que no son tantas. Al respecto, ante el planteamiento de por qué no se aumenta el número de vacunados en la zona, señaló: “Aumentar el número de vacunados, eso también podría caberle a Misiones, es igual. Cuando uno le escucha al gobernador de Formosa, entiende el porqué de su decisión de exigir el aislamiento, es el único remedio que encuentra. Viendo que del otro lado del río, el problema está mucho más que grave, y hay que entender cómo funciona el Paraguay respecto a las fronteras con Argentina. Estando Paraguay en el estado en el que está, hay que tener mucho cuidado”, insistió.
Finalmente, Fernández pidió a los formoseños recuperar la paz social.
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Las autoridades formoseñas decidieron la vuelta a la fase 1 del aislamiento, social, preventivo y obligatorio en la capital formoseña, desde el jueves pasado y se extenderá hasta el 18 de marzo próximo. La disposición se dio debido a que se detectaron 17 casos “de manera dispersa en numerosos barrios de la Ciudad”, según informaron.
La negativa a la medida fue general, especialmente por parte de los comerciantes, que exigen poder trabajar para seguir subsistiendo.