El desafío de enseñar en “modo covid” en el país de las inequidades

A un año de la suspensión de las clases presenciales, como parte de las medidas sanitarias adoptadas por el Gobierno para ralentizar la propagación del covid-19, el desafío sigue siendo cómo garantizar enseñanza de calidad para todos los estudiantes del país en un contexto de inequidades.

El 77% de los alumnos del país estudiará de forma presencial este año.
La educación también seguirá siendo virtual para evitar las aglomeraciones.
audima

Luego de todo un año con una educación virtual de cuestionada calidad en el sistema público, el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) propone para este año lectivo, que arrancó el 2 de marzo en el sector oficial, una educación en tres modalidades: la virtual; la híbrida, en parte presencial y en parte virtual; y la 100% presencial, casi exclusiva para zonas rurales y alumnos en contexto vulnerable. Pero en este país, donde la educación no es prioridad, todo el año pasado no le bastó al Gobierno para poner en condiciones las escuelas ni garantizar que todos los alumnos tengan conectividad.

El plan de clases elaborado por el MEC para este año tiene en cuenta las necesidades que se dan ante la circulación de covid-19 en la comunidad, que obligan a flexibilizar la modalidad educativa, que por ello puede ser virtual, presencial o híbrida. El viceministro de Educación, Robert Cano, explicó en varias ocasiones que la idea es que los estudiantes y docentes puedan cambiar de sistema de capacitación según la coyuntura. De hecho, esto ya ocurrió en algunas escuelas en las que, ante casos sospechosos de covid-19 en docentes, los alumnos pasaron a diez días de cuarentena y educación netamente virtual.

El protocolo de retorno seguro a las escuelas establece las normas que deben seguirse en las instituciones educativas para reducir los riesgos de contagio de covid-19. Son los pilares el uso de tapabocas, el lavado de manos frecuente, la distancia física, la ventilación, y los grupos “burbuja” de hasta 15 estudiantes con la menor cantidad posible de docentes.

La educación híbrida garantiza que en las escuelas haya menos alumnos. El MEC propone, en este sistema, que los estudiantes vayan a clases dos veces por semana y estudien de forma virtual los otros tres días, con videos producidos por un “docente nacional” y con la “tutoría” online del docente titular. Los maestros trabajarán algunos días de forma presencial y otros de manera virtual.

La cruda realidad

De 1.025.876 estudiantes, más del 77% está autorizado por los padres para clases presenciales. Los demás estudiarán sólo de forma virtual. Ejecutar el plan educativo implica tener buena conectividad, teléfonos o computadoras, y escuelas en buen estado, lo cual no ocurre.

Hay 8.836 escuelas y colegios oficiales. El ministro de Educación, Eduardo Petta, había informado que 450 de ellas no abrirían aún por peligro de derrumbe. Y hay 733 que tienen letrinas.

Así mismo, hay escuelas con techos agujereados y tomados por termitas, pisos rotos, puertas podridas, paredes resquebrajadas, con carencia de agua potable, entre otras emergencias.

A la situación edilicia se suma la necesidad de garantizar insumos de bioseguridad, como alcohol, jabón, lavandina y termómetros. El Gobierno entregó alcohol a todos y también algunos termómetros y tapabocas. Igualmente giró el fondo de gratuidad para que los directores adquieran lo demás, pero aún así el aporte de los padres a las cooperadoras escolares se hace necesario, ya que también deben contratarse limpiadoras para mantener las instituciones desinfectadas.

Pese a estas y otras carencias, el 77% de las instituciones oficiales fueron habilitadas por el MEC para enseñar de modo presencial, ya que lograron ajustarse a las exigencias del protocolo sanitario, pero en muchas escuelas recién ahora, con el inicio de clases, comenzaron las refacciones.

La preocupación de muchos maestros no es solo el estado de sus escuelas, sino que muchos estudiantes siguen sin acceso a tecnología. El ministro de Educación, Eduardo Petta, prometió para este año 38.000 tablets para estudiantes vulnerables y 60.000 notebooks para docentes, pero estos proyectos aún están en ejecución.

Gremios docentes y el MEC pidieron una declaración de emergencia educativa y US$ 78 millones para mejorar las escuelas, garantizar insumos, personal de limpieza y también conectividad. La solicitud no se estudió todavía.

Por si fuera poco, el MEC se está atrasando en la distribución de los kits escolares y alumnos del Nivel Medio denuncian que ni bolígrafos recibieron. Organizaciones como Unepy y Fenaes están pidiendo la renuncia del ministro Eduardo Petta, que también piden gremios docentes.

En este contexto, el desarrollo de las clases este 2021 se viene más desafiante que el 2020, tanto para docentes, como para alumnos, padres y el propio Gobierno.

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