El contrabando, el único recurso ante la falta de medicamentos en el sector público

Familiares de pacientes internados por COVID-19 en hospitales públicos reconocieron que compran los medicamentos atracurio y midazolam que ingresan de contrabando desde Clorinda, puesto que es la única alternativa para acceder a estos a costos más accesibles. Además de observar el modus operandi de los paseros ubicados en la frontera, un equipo de ABC confirmó la venta de esas ampollas en pequeñas farmacias que también las adquieren presumiblemente de la misma manera irregular.

Un pasero identificado como kurepa relató cómo realizan contrabando del sedante atracurio.ABC TV
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El sistema sanitario local se encuentra en crisis por la falta de los medicamentos atracurio y midazolam, que son necesarios para pacientes con COVID-19 internados en terapia intensiva, pero hoy se venden a alto costo en las farmacias. Los familiares de los enfermos confirmaron que no les queda más alternativa que adquirirlos a través del contrabando desde Clorinda, pues el precio es mucho menor.

Los familiares de pacientes del Ineram contaron que el precio promedio del atracurio en las farmacias locales es de G. 90.000 por ampolla y cada internado necesita hasta 20 por día. Eso los obligó a buscar otras alternativas y encontraron dos más accesibles: la primera es la compra a través del contrabando por paseros que los traen desde Clorinda y la segunda es la adquisición de algunas pequeñas farmacias que también traerían la medicina del mismo lugar.

Entre los comercios que venden a menor costo mencionaron dos farmacias: una de nombre San Antonio (ubicada al costado del Hospital de Trauma) y La Merced (que se sitúa frente al Hospital de Clínicas).

Esta última farmacia fue cuestionada recientemente porque familiares de un paciente internado en el IPS denunciaron que compraron justamente el atracurio en La Merced y se toparon con la sorpresa de que bajo la etiqueta tenía oculto el sello de “uso exclusivo de IPS”.

Los vendedores de esa farmacia confirmaron que los precios de ambas medicinas mencionadas son bastante bajos en comparación con el promedio en otros puntos de venta.

Ayuda de paseros y coimas altas

Los familiares relataron a un equipo encubierto de ABC cómo deben hacer para poder adquirir esos medicamentos. Contaron que generalmente ellos van en bus hasta Puerto Elsa y allí es un pasero el que adquiere las ampollas y las ingresa de manera ilegal al país, pese a que las fronteras siguen cerradas.

El equipo de periodistas de ABC siguió las recomendaciones y se trasladó hasta Puerto Elsa. En la zona comercial le comentaron a un mototaxista la necesidad de esos medicamentos y éste los contactó con un comerciante conocido como “Kurepa”. Este contó que cobra G. 150.000 por hacer el contrabando.

Sobre cómo realizan ese “trabajo”, relató que deben cruzar en bote y luego se trasladan en moto para hacer la compra. Además, confirmó que pagan a los militares y gendarmes argentinos para que los dejen cruzar, justificando de esa manera el monto por el cual trabajan.

Luego, realizó una llamada para hacer las averiguaciones necesarias sobre las farmacias cercanas en el lado argentino y finalmente confirmó que cada ampolla está siendo vendida a 1.000 pesos (G. 10.000 a la cotización actual). “Me tenés que traer 500, un millón, dos millones, para que lo salvemos a tu abuelo”, dijo entre risas al equipo encubierto que pretendía comprar las medicinas para un familiar.

Otro comerciante se metió en la conversación y relató que incluso es posible cruzar la frontera de manera individual, sin recurrir a los paseros, y aseguró que es fácil coimear a los gendarmes, quienes cobran G. 100.000 para permitir el paso ilegal.

Desde hace varias semanas se viene denunciando la falta de ambos medicamentos en los hospitales públicos de referencia contra el COVID-19. Incluso, hace dos meses ya había escasez y los allegados de los enfermos confirmaban que debían comprar importantes cantidades de costosas ampollas y otros insumos básicos.

Las redes sociales se llenan de convocatorias para realizar polladas, hamburgueseadas, rifas y otras actividades de recaudación debido a que las familias de los enfermos no dan abasto para cubrir todas las necesidades. Los gastos son millonarios y muchos incluso aseguraron que deben vender sus bienes para salvar la vida de un ser querido.

Los médicos y enfermeras ya confirmaron el colapso total y denunciaron la falta de todo tipo de insumos, mientras que el viceministro de Salud, Julio Rolón, ayer realizó una conferencia de prensa que fue repudiada por los ciudadanos, puesto que básicamente ignoró los reclamos, se limitó a pedir calma y aseguró que están gestionando las compras, a pesar de que la escasez ya está siendo anunciada desde hace meses.

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