Los denunciantes sostienen que algunos miembros del Jurado, cuando defienden intereses particulares, “se encargan de apretar a los jueces para lograr sentencias favorables sin importar que vayan en contra de la ley”.
Mencionan en forma específica un pleito judicial que mantienen con la Secta Moon. “El caso de la Secta Moon llegó a saltar con fuerza al descubrirse los audios donde Carmelo Caballero y Raúl Fernández Lippmann negociaban favores judiciales en un conflicto legal por tierras en el Alto Paraguay”.
Agregan que “la Secta Moon perdió el juicio. Se demostró plenamente la válidez de los derechos de la empresa Agrociencia SA sobre 37 mil hectáreas en la zona de Puerto Leda, Alto Paraguay. Los derechos de la empresa Agrociencia SA sobre el inmueble de 37 mil hectáreas no puede ser turbado por la Secta Moon y el fallo esta firme”.
Los problemas con el Jurado de Magistrados comenzaron en el momento en que se solicita la regulación de honorarios que la Secta Moon está condenada a pagar. “La Ley 1376/88 se encarga de establecer el honorario que corresponde a los abogados por su trabajo profesional. Se trata de cumplir la ley nada más. Iniciamos el proceso ante la jueza Graciela Ramírez Martínez. Aquí nos encontramos que el juzgado regula nuestros honorarios sobre 20 hectáreas cuando el proceso judicial fue sobre 37 mil hectáreas. Sin fundamentar su decisión estableció que debíamos recibir un pago sobre 20 hectáreas”.
La abogada Vilma Días afirma que “es aberrante el desconocimiento de la ley que regula el honorario profesional. Al no tener un valor de litigio determinado, se estimó el valor según el título de propiedad de Agrociencia. El juzgado corrió traslado a la Secta Moon, para que se pronuncie sobre el particular o se opusiera; consintieron que fuera el valor del título de propiedad. Sin embargo, la jueza Graciela Ramírez Martínez y la Secta Moon decidieron aplicar el valor de litigio sobre 20 hectáreas, que es un tema que nunca se trató en el expediente”
Carlos Daniel Alarcón, Vilma Días Oliveira y Oscar Garcete resolvieron presentar una denuncia ante el Jurado de Magistrados contra la jueza Graciela Ramírez Martínez, de Fuerte Olimpo.
En ese interín, presentan un recurso ante el tribunal de apelaciones de Fuerte Olimpo, reclamando el cumplimiento de la ley de regulación de honorarios. El tribunal está integrado por los jueces Mirian Elizabeth Giménez, Pablo Monges y César Benítez Sánchez.
La abogada Vilma Días Oliveira menciona: “Los camaristas realizaron una retasación de los honorarios profesionales en base a lo que menciona la ley. Ni un centavo más, ni un centavo menos. Fue una sentencia estrictamente jurídica”.
Contra el fallo de segunda instancia, el equipo jurídico de Carmelo Caballero presentó una acción de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema. La Corte resuelve anular el juicio, con una clara extralimitación de los ministros en favor de la Secta Moon porque la sala constitucional no puede valorar pruebas ni anular un proceso de juzgados inferiores, según se puede leer en la sentencia número 73 del 19 de febrero de 2019.
En la sesión de mañana martes, el Jurado tiene previsto analizar la sentencia de los integrantes del tribunal de apelaciones.
Según la abogada Vilma Días ”la decisión del Jurado de Magistrados demuestra claramente su favoritismo hacia una de las partes, en este caso la Secta Moon, defendida por el abogado Carmelo Caballero”.
Dijo además que “ministros de la Corte Suprema, miembros del Jurado de Magistrados y algunos parlamentarios están al servicio de la Secta Moon que opera movilizando recursos econónicos que hasta hoy no se tiene claro cómo ingresan al país, provenientes sobre todo de Corea y Japón”.
Cómo prueba de sus afirmaciones menciona el auto interlocutorio número 413 del 26 de noviembre de 2019 donde el Jurado rechaza la denuncia presentada por los abogados Carlos Daniel Alarcón, Vilma Días Oliveira y Oscar Garcete contra la jueza Graciela Ramírez Martínez.
En el mismo documento, el Jurado resuelve iniciar de oficio una investigación contra los camaristas y la jueza de Fuerte Olimpo. “Esta es una maniobra clásica de ´apriete´ de algunos miembros del Jurado. De este modo nos dejan fuera del proceso y ellos manejan sin control alguno el futuro de los jueces según sus propios intereses” finalizó diciendo.