Mirtha Maldonado, psicóloga clínica del Hospital de Clínicas, dijo que se debe replantear de manera sustancial el enfoque educativo que se tiene con los niños para poder erradicar la violencia de género que desencadena luego en feminicidios, casos que van en aumento. Por ejemplo en la semana se tuvo cinco intentos de feminicidios y un feminicidio.
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“Necesitamos que la religión deje de meterse en las escuelas, en los programas curriculares en que siga determinando cómo se va a enfocar la educación integral. La religión debe dejar de decir que vamos a crear niños homosexuales o mujeres lesbianas si se cambia el enfoque. En serio es grave lo que hacen cuando distorsionan”, lamentó la profesional.
La licenciada Maldonado agregó que se debe erradicar la diferenciación en la educación entre el niño y la niña. La diferenciación entre las tareas que hay que hacer, ya que actualmente todas las tareas de cuidado están destinadas a las mujeres y para los hombres son otras cosas, entonces como sociedad “le cargamos muchas cosas al niño y desde temprano le autorizamos a los niños a tener una percepción de superioridad a las niñas. Por ejemplo le decimos que ‘va a tener muchas novias’ o que los niños no deben llorar, son roles que se van cargando desde chicos”.
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“Es una corresponsabilidad como sociedad, porque la violencia es un fenómeno que tiene muchas aristas y uno de los elementos que veo muy interesante es el imaginario que nosotros transmitimos en todo el proceso de socialización y en esta diferenciación que vamos construyendo entre niñas y niños y ese es un elemento que que todavía no estamos dimensionando en los actos de violencia que desencadenan en el feminicidio”.
Señaló que el machismo está muy impregnado como sociedad y que incluso muchos profesionales deben replantearse los conceptos para poder ayudar a las mujeres que son violentadas .
“Nosotros estamos atravesados por el machismo, no solo la madre sino también los profesionales estamos atravesados por el machismo estructural”, dijo la psicóloga Mirtha Maldonado.
Lamentó que el componente religioso sea muy fuerte y que muchas veces obligan a las mujeres a aguantar por la familia. “Hay que perdonar porque la familia es sagrada, pero la violencia no es sagrada. Cómo trabajamos con las víctimas cuando el sacerdote le dice que debe aguantar, que las cosas se solucionan en familia. Tuvimos casos en que el propio sacerdote facilitó una reunión de la familia con el agresor y este pidió perdón, pero sigue el circulo de violencia, que luego terminó con un feminicidio”, dijo la psicóloga.
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Otro de los elementos que está fallando es la política pública, que no está reaccionando y ayudando a las mujeres para poder identificar de manera temprana la violencia. “El Ministerio de la Mujer es el que debe dirigir las políticas públicas; sin embargo saca un comunicado que fue una burla y luego emitió un mensaje en donde dice ‘no nos interesa’ el cuestionamiento y el 24 de febrero ‘nosotros vamos a reconocer al presidente de la República’”.
Igualmente, cuestionó la falta de políticas públicas claras para prevenir las violaciones de niñas, para proteger a las niñas y las mujeres. “Todos los días se violenta a las mujeres, se viola a las niñas y el ministerio no hace nada para encarar una campaña en que se eduque a la sociedad en poner los límites al varón, dejar de justificar el circulo de violencia”, finalizó la psicóloga clínica.