En precarias aulas y con pupitres rotos, habrá clases presenciales en escuelita de Ybycuí

Dos aulas están clausuradas por peligro de derrumbe y las cuatro salas restantes tienen techos rotos, filtraciones y humedad. Además, los pupitres están rotos y las puertas, podridas. Sin embargo la voluntad de enseñar es mayor en la escuela básica 2204, Sagrado Corazón de Jesús de Cordillerita, en Ybycuí, Paraguarí, donde pese a las adversidades se preparan para tener clases presenciales.

En esta precaria aula de madera estudiarán este año de manera presencial los alumnos de la escuela 2204 Sagrado Corazón de Jesús, de Ybycui, en Paraguari
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Las imágenes enviadas al 0971 101000 son contundentes. Paredes resquebrajadas, techos de tejas y tejuelones con importantes agujeros, el suelo roto, las puertas podridas presentan las aulas de material cocido de la escuela 2204 de Cordillerita, que además tiene una vieja clase de madera en condiciones paupérrimas y otra que se dividió en dos y que está tan mal como las otras. A eso se suman viejos pupitres rotos.

Son unos 50 estudiantes del Primero al Noveno Grado los que usufructúan las instalaciones de esta institución educativa pública ubicada en un sector rural en el cual no hay señal de internet y el año pasado los alumnos recibieron las tareas mediante materiales impresos llevados en sus motos, hasta sus casas, por los maestros, explicó el encargado de despacho del Tercer Ciclo, Justo Rodríguez.

El docente contó que el año pasado, la dirección departamental del Ministerio de Educación (MEC) clausuró dos aulas por peligro de derrumbe. Las otras salas no están bien, “pero no tenemos otra opción, qué le vamos a hacer”, lamentó. “Vamos a dar clases en las aulas que tenemos, nos vamos a dividir entre la sala de entablado y la dirección”, añadió.

Rodríguez contó que los sanitarios están rotos, descompuestos, pero funcionan, porque tienen un buen sistema de agua potable. Por esta razón, explicó, con los G. 9 millones de gastos de capital que recibió del MEC esta semana, va a cambiar las puertas podridas y va a reparar todo lo que pueda en los baños. Así también, el fondo de gratuidad que recibieron ya se usó para comprar alcohol, jabón, instalar lavatorios y hasta tapabocas en cajas.

“Vamos a hacer el esfuerzo de tener las clases presenciales, los padres quieren que sus hijos tengan clases, necesitan la ayuda de los maestros, porque el año pasado solamente recibieron materiales”, señaló el encargado de despacho. “Nosotros tenemos todo lo necesario para comenzar, ya compramos hasta las cajas de tapabocas”, indicó el maestro. La sección más grande que tenían antes de la pandemia era la del Octavo Grado, con 14 alumnos, así que podrán tener con seguridad burbujas de 15 o menos estudiantes por aula y desarrollar clases presenciales todos los días, detalló Rodríguez.

Pese al esfuerzo y la posibilidad de desarrollar clases, “la preocupación es la infraestructura de la escuela”, dijo Justo Rodríguez. Explicó que la Municipalidad sabe de la situación en la escuela y también lo saben en el Ministerio de Educación. “El año pasado, entre junio y julio aproximadamente, vino un arquitecto del MEC, Julio Elizeche. Sacó fotos, llevó todos los datos. Después de dos meses más o menos, le llamamos y nos dijo que lastimosamente no había nada para nosotros. Que cuando haya un proyecto, nos iba a avisar”, lamentó.

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