La constante carencia de fármacos en todos los hospitales del país repercute directamente en la salud del paciente y en el bolsillo de sus familias que ya no saben cómo afrontar los gastos.
Al inicio de la pandemia, en marzo del año pasado, las sospechas de Salud Pública eran de cientos de muertes por el virus, por lo que se inició la edificación de un sinnúmero de pabellones para contener a los pacientes con coronavirus. No obstante, olvidaron asegurar los medicamentos que hoy están en completa falta y son contrabandeados desde Argentina a costos triplicados. Actualmente, muchos de estos pabellones incluso se encuentran totalmente fuera de uso o nunca fueron utilizados.
Además del atracurio y la midazolam, los hospitales públicos del país carecen de muchos otros insumos que deben ser proveídos por la familia del paciente, dejando a la mayoría en completa ruina tras abandonar altos costos.