Esta Federación que se constituyó hace apenas seis meses nos remontó al impacto de la pandemia sobre el sector mipymes y las expectativas para 2021. La Federación tiene seis meses de vida, conformada por más de 30 gremios antiguos, del sector industrial, comercio y servicios. Es un mix de gremios. Algunos de Alto Paraná y con la intención de llegar a todo el interior del país.
Luis Tavella, quien preside la Federación, dijo que “cuando hablamos de las mipymes hay que dividir en dos la economía: un sector informal que es grande, el 50% de las micro y pequeñas empresas son informales. El Estado sabía, conocía esto, pero nunca se le tuvo en cuenta. Era una solución porque el sector no tenía seguridad social, aguinaldo ni bonificación, etc., porque a través de la informalidad la gente tenía una suerte de trabajo y el Estado cerraba los ojos. Cuando viene la pandemia, el sector más afectado es el informal porque tenía menos garantía que el sector formal”, dijo el presidente de la Federación.
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Y continuó su análisis: “Dentro de este contexto, el sector informal le cuesta US$ 200 millones y el sector formal apenas le cuesta US$ 50 millones en subsidio. Estamos hablando de casi 4 a 1. Esa es la realidad del sector. Dentro del sector informal hay más de 260 mil empleos perdidos, mucha gente quedó sin trabajo. Yo creo que la gran mayoría, el 70% de nuestra economía, son mipymes; el 80% de la mano de obra laboral la hacen las mipymes cuando le afecta al 50 o 60% le afecta a la fuerza laboral. Esa es la diferencia con la empresa grande”.
Según Tavella, la empresa grande tiene mucha mano de obra, pero también mucha tecnología, muchas máquinas, mientras que las mipymes son las que hacen todo de manera artesanal, a pulmón, por eso emplean a mucha gente. El gremialista apuntó que este sector difícilmente se recupere. “260 mil personas han perdido su empleo durante este año COVID”, reveló.
“Yo creo que ese número es mucho más amplio, no tenemos datos reales en un país como el nuestro. Si uno pregunta: ¿cuántas mipymes hay? El Ministerio de Industria tiene un dato, el Ministerio de Trabajo tiene otro y el Ministerio de Hacienda tiene otro. No hay muchos datos”, evidenció.
En marzo se unieron los gremios
A partir de marzo, un poco más de 40 gremios comenzaron a unirse y debatir para empezar a trabajar en los problemas transversales que afectaban a todos los gremios mipymes y gremios grandes. Por entonces, surgieron números extraoficiales. Por eso, Tavella sugiere que el número de afectados en 2020 es aun mayor.
“Miles de microempresas quebraron, por falta de apoyo de crédito, no tienen resto, porque viven con la venta del día. Por supuesto, no pudieron porque marzo, abril, mayo y junio fueron meses muy duros. A partir de julio, más o menos, empezamos a movernos y se vio una pequeña reactivación en el último trimestre del 2020. Esto permitió para algunos sectores poder terminar el año, pagar aguinaldo, pagar proveedores, pero el balance de los 12 meses fue un año de pérdidas en la gran mayoría de los casos”, adujo el empresario.
Algunos sectores siguieron trabajando
Hay sectores que durante la pandemia siguieron trabajando. En el mejor de los casos habrán igualado las ventas a las de 2019 y en el peor habrán sido menores. “Alimentos logró funcionar, servicios, farmacias, supermercados, las industrias domisanitarias, que siguieron trabajando muy fuerte por lo que significa la pandemia. Siguieron trabajando telecomunicaciones, laboratorios y construcciones, mucho mejor incluso, pero estas son empresas grandes”, aseveró.
Perspectivas para 2021
Según las proyecciones para 2021, la economía obtendrá un crecimiento de 4%. Pero, según Tavella, ese 4% es la expectativa que tiene el Banco Central: “Yo supongo que es por los altos precios que va a tener la soja, de 340, 350 va a ir a 480 y 520, dicen. También la carne y otros granos tienen buenas perspectivas, pero ese crecimiento, si bien permea en una economía muy pequeña que envuelve al sector sojero o de frigorífico pero no permea la microenomía”.
El experto es tajante al afirmar que no cree que tenga ningún tipo de crecimiento en el sector de mipymes. “Por una cuestión lógica, la pandemia va a seguir, la incertidumbre va a seguir, la gente no se anima a gastar porque no sabe lo que va a pasar, las empresas quedaron con muchas deudas. Esa gran inyección de dinero a través del Fondo de Garantía del Paraguay (Fogapy), a través del BNF o el crédito agrícola tenía 6 meses o un año de gracia. Eso vence en marzo, que es cuando tenés que comenzar a pagar el crédito y tu venta del 2020 no sé si te va a permitir eso. Yo no le veo buenas perspectivas al 2021”.
El Estado invertirá en obras públicas
Tavella también apuntó que el Estado va a seguir invirtiendo en obras públicas a través del MOPC, obras viales importantes para la infraestructura. “Pero el efecto es a mediano y largo plazo, tampoco te va a servir para micro y pequeño. Para este sector sirve una fuerte inyección de dinero en construcciones de viviendas. El último trimestre, el sector de la construcción tuvo un crecimiento del 15% y esto fue lo que movió la microeconomía”, subrayó.
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Pedidos al Gobierno para evitar que caiga este sector
“Hicimos un balance y elegimos tres prioridades: el trabajo fuerte en la formalidad, clave para el crecimiento del sector, por dos motivos: porque se puede acceder a mejores mercados, mejores precios y a créditos. La informalidad tiene un costo muy alto para el Estado, que al final el Estado somos nosotros. Somos quienes generamos el dinero con nuestros impuestos y va al sector informal a través de un subsidio que no sirve de mucho porque son personas que cobraban 3 a 4 millones de guaraníes y hoy cobran G. 500.000, o sea, es más simbólico que otra cosa; sin embargo, cuesta mucho dinero como Estado. La formalidad es clave”, remarcó.
Lo otro es el acceso al crédito. Hay que trabajar en dos caminos: “La formalidad va a ayudar al acceso al crédito porque es una exigencia del Banco Central, pero hoy el sector financiero le mide exactamente igual a las micro y pequeñas que a una empresa mediana o grande, las miden con las mismas exigencias. Si querés quitar G. 100 millones te miden igual que si vos querés sacar 2.000. Y esto no es posible, hay países como Chile, Brasil y Argentina que tienen ya mecanismos de exigencias diferenciados para las micro y pequeñas empresas. Acá todavía no tenemos”, dijo.
Hay un trabajo muy fuerte para hacer con el Banco Central que autoriza al sistema financiero privado para que pueda cumplir esto. “Durante la pandemia, las dos únicas instituciones que se prendieron al Fogapy fueron el BNF y Crédito Agrícola de Habilitación del Estado. El privado no se metió porque no le convenía, no le gustaba la tasa, porque esta acostumbrada a un 25, 35% y el Fogapy te decía hasta 10. El sector financiero dice que esta sobreendeudado pero no está endeudado, trabaja al límite, con créditos”, insistió.
Lo otro es el acceso a nuevos mercados, el gran contratante es el Estado; sin embargo, mipymes no le vende nada al Estado. “Creo que le vendió US$ 15 millones al Estado cuando compra más de 1.000. Ahí hay que hacer un trabajo importante con Contrataciones Públicas. Ahí hay un trabajo enorme, fundamental para la reactivación económica”, puntualizó.