SAN BERNARDINO, Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Un grupo de ciudadanos de San Bernardino denunció el hecho. Relataron que en septiembre del año 2020, el Club Náutico San Bernardino comenzó los trabajos de relleno de la playa municipal adyacente al predio de la entidad.
En el sitio se encontraba una pileta ecológica destinada al cultivo de totoras y cría de peces. Se encontraba semiseco por la bajante crítica que afectó el lago Ypacaraí, explicaron.
A raíz de las denuncias realizadas a través de las redes sociales, la Dirección de Medioambiente de la Municipalidad intervino y constató las denuncias en septiembre del año pasado. La directora de la dependencia comunal, ingeniera Analía Hartelsberger, manifestó que todos los trabajos realizados en el lugar no contaban con permiso o autorización municipal, infringiendo de esa forma la Ordenanza 46/2001 por la cual se establece el plan de uso de suelos en San Bernardino, así como la Ley 5256, que declara área silvestre y protegida de dominio público y privado con la categoría de manejo de reserva y de recursos del lago Ypacaraí y el sistema de humedales.
Además, la Ley 716/95 que sanciona delitos contra el medio ambiente. El artículo 4 de esta normativa se refiere a obras hidráulicas, como la canalización, desecación u otros que alteren el régimen natural de las fuentes o cursos de agua. Es un agravante el hecho de que las tareas se llevaron a cabo en un espacio público municipal, que no pertenece al Club Náutico, sino que se encuentra en sus adyacencias, dijo.
El 7 de septiembre se les notificó a los directivos para la inmediata suspensión de todos los trabajos, como primera medida. El caso fue derivado al Juzgado de Faltas, donde se inició un sumario administrativo y se estableció un plazo de 72 horas para reconstituir naturalmente el sitio afectado. Sin embargo, en noviembre el club presentó una reconsideración para continuar con los trabajos, argumentando que el sitio se había convertido en un criadero de larvas de mosquitos y que por recomendación del Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo (Senepa) debía terminar la obra.
El pedido fue rechazado por la Dirección de Medioambiente, que sugirió limpieza y desinfección del sitio como alternativa de solución.
Sin embargo, los trabajos de relleno se reanudaron en enero y actualmente el lugar se encuentra completamente rellenado con arena.
El vicepresidente de la entidad Miguel Guanes ayer exhibió una licencia ambiental expedida por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), otorgada en el año 2016 y renovada en noviembre del 2020, que autoriza al club para realizar el relleno de la pileta ecológica. Mencionó que el caso se dirime en el Tribunal de Cuentas por la negativa de la Municipalidad de otorgar el permiso, a pesar de contar con la venia de la secretaría de Estado.
Guanes dijo que era necesario y urgente hacer el relleno por una cuestión de salubridad y para salvaguardar la salud de los socios y visitantes, ya que el lugar era criadero de mosquitos, que son potenciales vectores del dengue. Finalmente, dijo que la entidad no proyecta obras en el lugar.