“Ciertos clientes tienen potencia reservada, que es una potencia que la ANDE garantiza a suministrar y se paga un monto, y cuando se excede, la ANDE habitualmente cobraba una multa, y eso hasta ahora no se cobra”, comentó el funcionario.
Dijo que según el último reporte que tenía, significaban unos US$ 4,6 millones, que es un costo financiero que la ANDE está asumiendo por la situación en que se vive en pandemia.
La cantidad de clientes con potencia reservada oscila entre 10.000 a 12.000, que son empresas y usuarios particulares también, que por su nivel de consumo contratan una potencia determinada. “Había salido un decreto que elevó a partir de qué potencia uno tiene que tener reservada, y es desde 150 kw. Es decir, si contrata más de 150 kw ya tiene que tener potencia reservada. Anteriormente era desde 52,8 kw, eso cambió para beneficiarle a los clientes”, manifestó.
Otro punto el que gerente comercial de la estatal resaltó es que cerraron el 2020 con todos los clientes en media tensión con tarifa binómica (es decir aquellos que además de la energía se les factura potencia y energía reactiva), con medidores que se pueden telemedir. “Solo faltan ajustes informáticos para que también se pueda hacer la telefacturación”, anunció Rolón.
Recordó que cuando asumió el cargo (en agosto del 2020) la ANDE tenía 1.600 clientes con esta clase de medidores y que hoy cuentan con más de 3.600. “Esa es la cantidad total que tenemos de clientes de ese tipo. Hemos llegado al 100% de la meta, todos tienen la posibilidad de ser telemedidos y falta adquirir el software para la telefacturación”, aclaró. Para ello, dijo que están en proceso de la adquisición de la licencia del software que permita volcar todos los datos de la medición al sistema comercial.