El ministro de Hacienda, Óscar Llamosas, acompañado de los viceministros de la cartera, dio a conocer esta tarde en conferencia de prensa los números preliminares de cierre del año que se registran, según expresó, en un escenario bastante complicado a nivel económico por efecto de la pandemia por covid-19.
El saldo rojo de la administración central finalmente será del 6,2% del PIB, unos US$ 2.170 millones, levemente por debajo de la estimación inicial de 7,2% del PIB, atendiendo el repunte de la recaudación impositiva y la desaceleración de los gastos.
El plan de convergencia fiscal de Hacienda prevé retornar al tope de déficit del 1,5% del PIB establecido en la Ley de Responsabilidad Fiscal, recién para el año 2024 con un nuevo gobierno ya instalado en el poder.
De acuerdo con este plan, el año próximo el déficit será del 4%, que ya está incluido en la ley de presupuesto 2021 que será promulgada por el Ejecutivo en estos días. Para el ejercicio 2022 se prevé un saldo rojo de 2,8% y en 2023, año en que deja el cargo el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, bajará a 2,1% del PIB.
En cuanto a la deuda pública, el nivel se situará en 33,5% del PIB, unos US$ 11.955 millones, considerando los préstamos obtenidos por ley de emergencia sanitaria y el plan de recuperación económica para cubrir el déficit del Estado.
Los compromisos con organismos financieros internacionales y tenedores de bonos aumentan de esta manera 34,9% con respecto al monto registrado al finalizar el ejercicio 2019, en aquel entonces de US$ 8.859 millones y representaba el 22,7% del PIB.
Los economistas locales y exministros de Hacienda consideran que el nivel de endeudamiento supera el 30% del PIB, considerado como el tope razonable y sostenible para nuestro país. Además, sugieren que el déficit vuelva al tope ya en 2022, porque consideran que el presidente Abdo Benítez debe demostrar una mínima responsabilidad al entregar el poder con igual déficit que recibió.