Como cada 8 de diciembre desde hace 38 años, la familia Figueredo Bogado del barrio Tujutimí de Villarrica ofreció un “karú guazú” que tuvo como menú principal un exquisito tallarín de gallina casera y sopa paraguaya para toda la comunidad. Cada año, esta familia celebra el novenario en honor a la Virgen de los Milagros de Caacupé en su propio domicilio, donde le construyeron una gruta.
María Asunción Bogado de Figueredo (62) indicó que desde hace 38 años vienen ofreciendo un rico almuerzo para toda la comunidad en nombre de la Virgen de Caacupé, a quien atribuyen el milagro de haber salvado la vida a unos de sus hijos, Glubis Figueredo, cuando tenía apenas 1 año y seis meses. “A mi hijo le había agarrado meningitis y estaba muy mal, fue entonces que nos encomendamos a la Virgen y le prometimos que si le salvaba la vida le íbamos a celebrar la novena y ofrecer alimento al prójimo. Cumplió con nosotros. Hoy mi hijo tiene 41 años y nosotros también estamos cumpliendo con ella”, comentó emocionada doña María.
El “karú guazú” se volvió una tradición para la familia Figueredo Bogado y cada año celebra la novena en honor a la Virgen de Caacupé en su propio domicilio, donde en un rincón del patio de la casa le construyeron una pequeña gruta con la imagen de la Virgen María que trajeron hace 38 años de la ciudad de Caacupé.