Este domingo, durante la misa en la Basílica de Caacupé, monseñor Edmundo Valenzuela habló sobre lo que llamó “una pretensión de activistas progresistas de instalar lo que considera como cambios radicales en la sociedad paraguaya”.
“Una de las amenazas a nuestra fe es la obsesión mediática y política de los llamados progresistas o ‘progres’ que tratan de instalar, a través de un lenguaje manipulado, el pensamiento único, una mirada errónea, reductiva y desnaturalizada de los derechos humanos basados en nuevos parámetros que pretenden un cambio radical contrario a las instituciones y los valores de la sociedad paraguaya”, expresó el arzobispo, quién en el pasado fue blanco de críticas de los sectores a los que objeta, por calificar de “piedrita” el manoseo sexual del cura Silvestre Olmedo a la catequista Alexa Torres. Finalmente la justicia confirmó que Olmedo manoseó a la joven, pero lo absolvió.
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En el mismo sentido, Valenzuela señaló que estas ideas “pretenden ser instaladas en complicidad con las autoridades del Gobierno”.
“Estos ‘progres’ intentan implementar esquemas de lo políticamente correcto para someter a la población a una dictadura de relativismo moral y una colonización ideológica sometida a la dictadura; incluso, si les fuera posible en complicidad con los mismo gobernantes, quienes tienen la obligación moral con los ciudadanos de defender de ese ataque ideológico, cumpliendo el rol subsidiario de la protección humana desde la concepción y de la familia como institución básica de nuestra sociedad, así como el respeto de los padres como primeros garantes del desarrollo armónico de los niños, niñas y adolescentes”, sostuvo.
Sus palabras van en el mismo sentido que el promovido a partir del cartismo en la Cámara de Diputados, que busca una sanción para la ministra de la Niñez, Teresa Martínez, ya que desde el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia se impulsa en Plan Nacional de Niñez. A pesar de que en este documento no se menciona, una campaña del cartismo y los sectores más conservadores pretenden instalar la idea que este plan tiene como fin legalizar el aborto, el matrimonio igualitario, la pérdida de la patria potestad de los padres y otros polémicos puntos.
En otro momento, el representante de la Iglesia católica advirtió que se acerca un “tsunami” proveniente de organismos internacionales, que -asegura- “pretende controlar a la población mundial”.
“Es impresionante el tsunami que se avecina en nuestro país proveniente de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE) y de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en el interés de reducir y controlar la población mundial a través de los programas de los diversos ministerios del Gobierno, aparejado con conceptos ambiguos de enfoque de género y de educación sexual integral; con miradas genitalistas, hedonistas en la búsqueda de placer egoísta y frustrante y sesgada de la sexualidad”, manifestó.
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Valenzuela celebró que existan activistas opositores a estas ideas. En los últimos días, el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia fue cuestionado por un Plan implementado en este sector etario. Corporaciones conservadoras rechazan dicho proyecto porque consideran que promueve una educación ideologizada y que no toma en cuenta a los padres.
“En este momento, nos alegra que haya activistas de padres de familias y educadores de todo el país analizando los planes de los varios ministerios; por ejemplo, los de Educación para la Niñez y la Adolescencia, que no condicen con nuestra dignidad y nuestra cultura. Muy distintos son los planteamientos de estos padres y educadores en materia de educación sexual basada en las ciencias humanas y en la biología, proponiendo estrategias pedagógicas que consideren todas las dimensiones de la persona: física, psíquica, social, moral, espiritual, protegiendo la salud y el desarrollo armónico con perspectiva de familia, ciencia y de racionabilidad. Este debe ser el espíritu de cualquier contenido educativo para niños y adolescentes”, indicó.
Siguiendo esta línea de pensamiento, recalcó que este problema no es solo de índole legal o financiera, sino también “antropológico”. Asimismo, enfatizó que el Paraguay “es un país provida, profamilia y libre”.
En la conclusión de su homilía, Valenzuela solicitó a los legisladores y gobernantes encontrar soluciones a problemas de hace tiempo. Entre ellos, la corrupción, la distribución de las tierras, las irregularidades en la Justicia y otros.
Monseñor Edmundo Valenzuela también resaltó la caridad de los paraguayos en la pandemia de COVID-19. Citó la gran cantidad de actividades solidarias, como la organización de ollas populares.