Los seis militares de esa patrulla se posicionaron también en la cima de otra serranía naciente en la falda del Cerro Guazú. Cinco de ellos portaban fusiles M4 calibre 5.56 y el sexto hombre, el francotirador, usó un moderno rifle calibre 338.
Todos tenían miras térmicas incorporadas a sus armas largas, lo que les permitió detectar unos 500 metros antes los rastros de calor en forma de silueta que se acercaban hacia ellos.
Los militares comunicaron por radio el avistamiento y recibieron la orden de detener al grupo sospechoso. Después dejaron que los terroristas se acercaran a una distancia prudente de 150 metros, cuando finalmente los uniformados dieron la voz de alto.
El puntero del grupo criminal, Rodrigo Argüello, abrió fuego contra los militares con un fusil AK47, aunque automáticamente recibió dos balazos, uno que le atravesó la cabeza. Fue a una distancia de 118 metros.
El segundo hombre del EPP era Esteban Marín López, quien llegó a disparar el fusil M4 que portaba, pero cayó muerto con tres balazos, 46 metros más atrás de Rodrigo y a 164 metros del equipo táctico militar.
El arma hallada en poder de este terrorista fue robada en 2016, en aquella masacre de 8 militares en Arroyito.
El tercer secuestrador en la fila pudo escapar hacia un monte, pero el que le seguía, Lucio Silva, cayó muerto al ser alcanzado por cuatro proyectiles calibre 338 del francotirador militar, quien dio en el blanco a una distancia de 398 metros.
Las ubicaciones de los cuerpos de los terroristas, la posición defensiva de los militares y las distancias de los tiros son de acuerdo con las coordenadas suministradas por fuentes del CODI.
Por ejemplo, Lucio Silva cayó en el punto 23° 02′ 45″ S, 56° 01′ 49″ W, donde se halló a su lado una escopeta. Sus cómplices que venían detrás pudieron escapar a balazos. En la página www.abc.com.py está contenido un mapa animado sobre el tiroteo.
Evidencias
Al cesar la balacera, los militares del CODI comunicaron por radio la novedad a las 22:11. Entonces, se ordenó que las otras dos patrullas de ocho hombres cada una que estaban en la misma zona, a unos 1.000 metros de distancia, acudan inmediatamente al lugar de la refriega para resguardar el perímetro.
Recién ayer a la mañana fueron levantados los cadáveres de los maleantes y fueron revisadas sus pertenencias, cuando arribaron al teatro de operaciones los fiscales de la unidad Antisecuestro Federico Delfino y Lorenzo Lezcano.
El mismo presidente de la República, Mario Abdo Benítez, se sacó una foto con los militares que dieron de baja a los criminales, en el lugar del enfrentamiento.
También viajaron ayer al norte los ministros de Defensa e Interior, así como los comandantes de Fuerzas Militares y de la Policía.
A la tarde, luego de la autopsia de los cuerpos en Pedro Juan Caballero, el Gobierno presentó las evidencias en la base del CODI, en la ciudad de Arroyito, a 75 kilómetros en línea recta de donde murieron los miembros del EPP.
En las pesadas mochilas de los criminales había dinero en dólares y guaraníes, panfletos, manuales, municiones y otros equipos tác ticos y de supervivencia.
Ocho abatidos este año
Con los tres del viernes, son ocho las personas abatidas este año si se contara las dos niñas de 11 años caídas el 2 de septiembre. Los demás son Antonio Bernal Maíz, muerto el 11 de junio, y Benicio Argüello y Jhonny Argüello, el 7 de junio.
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