-¿Cómo se manejaron después de la tormenta? ¿Por qué tardó tanto la reposición de la energía?
-Según la Municipalidad de Asunción, cayeron como 350 árboles. Esto no se ve desde 2008. Trajimos mucha gente de ANDE del interior para ayudar, unas 50 cuadrillas, 500 personas. Me gustó ese espíritu de servicio de los funcionarios. Estuvieron en el momento que les necesitamos sin importar la hora ni el día. El sentido de pertenencia a la empresa es fundamental como se vio. Muchos no se imaginan todo el peso del trabajo que se hizo. Imagínese, vientos a 112 o 120 km por hora. Fue una situación atípica...
-¿Usted dónde estaba? ¿Cómo reaccionó aquella noche?
-Estuve en el terreno, en varias zonas: en el barrio Mburucuyá, en el centro, desaguando los paneles subterráneos inundados. Conozco bien toda la red de ANDE. Me forjé en la calle, en el día a día. En este trabajo hay que estar atento, disponible, conocer a todos. Cualquier evento puede suceder en el momento menos pensado. La tormenta fue grande. Agarró Asunción y casi todo el departamento Central. En Paraguay, el 60% de los clientes se concentra en Asunción, departamento Central, y Alto Paraná. Hay que reconocer que la ANDE no acompañó en su tiempo en distribución de energía. De ahí la demora. Estamos priorizando la inversión en distribución, la última parte de la cadena...
-Cuándo van a terminar de invertir para que el servicio sea seguro...
-La necesidad para poder llegar al servicio de calidad en distribución es de 1000 millones de dólares, 200 millones por año en los siguientes tres años. Vamos a cambiar el 100% de los conductores desnudos y vamos a pasar a colocar los conductores protegidos.
Entonces, cuando se cae el árbol encima del cable automáticamente se protege la línea y se minimiza bastante los “fuera de servicio”. La diferencia va a ser abismal. Va a aumentar la calidad de servicio en un 90%. Aparte, vamos a colocar llaves automáticas telecomandadas en el trayecto de las líneas que van en los barrios. Cuando se produce un evento, automáticamente esas llaves aislan la zona averiada y no afecta toda la línea. Si hubiéramos tenido todo eso ahora, hubiéramos salvado el 75% del servicio.
-Alguien dijo por ahí que cada propietario es responsable de su árbol. ¿Es la ANDE o el propietario?
-Lo que hay que cuidar es de no plantar debajo de la línea porque va a afectar tarde o temprano. Técnicamente lo recomendable es dejar la franja de 3 metros a ambos lados.
-¿Por qué no se invierte en el cableado subterráneo?
-Tenemos instalados 251 km en Asunción, también en el microcentro de Ciudad del Este. El tema de la línea subterránea tiene dos problemas. Primero, es 10 veces más cara, y segundo, no es la solución, lamentablemente. Ninguna ciudad tiene un desagüe pluvial adecuado. Para tener una idea, en esta emergencia 13 puestos de distribución subterráneos en el microcentro de Asunción se inundaron y por eso se demoró mucho más la reposición...
-Usted descarta...
-Descartamos nosotros. Esa experiencia que hicimos en Asunción y Ciudad del Este no funciona por ese inconveniente que le comenté. Entonces, para mejorar el servicio partimos de dos acciones concretas: el cambio de los conductores desnudos por conductores protegidos y la incorporación de la tecnología en el sistema de distribución.
-En estos días vimos el incendio de un racimo de cables. ¿Eran cables de la ANDE?
-Ese incendio fue acá cerca, en General Santos y España. Todos apuntaron a la ANDE. En realidad son cables de los servicios privados de internet, de telefonía. Hubo un cortocircuito en el sistema del semáforo. Incendió todo el sistema de cablerío que estaba sobre ese poste, pero no le afectó a la línea de ANDE. De esa cantidad de líneas, una es de la ANDE pero está más arriba. No afectó al suministro de energía eléctrica. Es muy importante que las empresas del sector privado sean conscientes y comuniquen a la ANDE cuando van a utilizar nuestras redes para indicarles las especificaciones técnicas.
-La tormenta nos hizo olvidar el problema de los cortes que se vienen. ¿Cuánto vamos a padecer este verano?
-Tenemos varias acciones concretas para este verano. La primera: la instalación de 4.500 nuevos transformadores de distribución priorizando Asunción, el departamento Central y Alto Paraná. Vamos a instalar 3.300 en Asunción y departamento Central y 500 en Alto Paraná. El año que viene vamos a instalar 7.000 más. La otra acción es la entrada en servicio de 50 nuevos alimentadores para fin de año. La tercera acción es la reparación y el mantenimiento de las líneas de 23.000 voltios. Mi línea de acción general para mejorar el servicio del suministro de energía eléctrica está en la capacidad de gestión para la ejecución de las obras, trabajo en equipo, la innovación y la incorporación de tecnología en el sistema de distribución. Vamos a poner a prueba nuestra capacidad de gestión en la ejecución de estas obras. Espero que nos evalúen después. Definitivamente estoy seguro de que vamos a estar en mejores condiciones que el año pasado.
-Las facturas de la pandemia. ¿Qué va a pasar con esas facturas? La gente ya se acostumbró a dejar de pagar...
-Fueron seis meses: de marzo a setiembre. El 78% de los clientes de la ANDE no pagó. Se exoneró.
- ¿Cuántos son?
-Aproximadamente 1.200.000 clientes por mes. Esa diferencia de 20% que no tuvieron la exoneración en su factura se les fraccionó en ocho meses, sin intereses y sin recargo por mora. A los que no pueden pagar sus facturas les estamos haciendo un fraccionamiento con una entrega de 10% y el saldo en 12 cuotas sin intereses y sin recargo por mora.
-¿Habrá aumento de tarifa? Se habla de un aumento inminente por la merma de agua, por la bajante del río Paraná y que afecta a Itaipú...
-Lógicamente hay menos producción de energía eléctrica. Eso repercute, pero la ANDE no piensa reajustar la tarifa. Esa diferencia la ANDE va a seguir absorbiendo.
-¿Se podrá privatizar el servicio de ANDE algún día como sucede en Villarrica? Allí no hubo cortes, dicen.
-No sé si Villarrica sufrió la magnitud de la tormenta que azotó a Asunción el sábado, posiblemente no. Para los que no saben, el generador que transmite la energía hasta allá es de la ANDE. Si no hay cortes es porque se hicieron todas las inversiones necesarias para el buen funcionamiento eléctrico. Una compañía sea pública o privada requiere en este servicio mucha inversión en infraestructura. Pero no hay punto de comparación. Nosotros atendemos el servicio en todo el país sin discriminar poblaciones urbanas o rurales. El Estado hace millonarias inversiones que no tienen retorno porque el objetivo es que este servicio básico llegue a los lugares más remotos, los más carenciados. Para eso invertimos en Itaipú, Yacyretá, Acaray o los que puedan venir después.
-¿Qué espera de las negociaciones con Brasil sobre el Anexo C?
-Si yo quiero ser egoísta, voy a decir: “la tarifa tiene que bajar lo máximo posible para tener mayores recursos e invertir en el sector eléctrico paraguayo”. Pero hay que mirar como país. La decisión va a depender del grupo de trabajo que lidera la Cancillería.
-El recientemente fallecido Dr. Conrado Pappalardo planteó seguir con la misma tarifa y acordar con Brasil un préstamo de 20 mil millones de dólares, 10 mil para nuestro desarrollo. ¿Cuál es su opinión?
-Al Paraguay le conviene que se mantenga la tarifa o buscar una tarifa adecuada. De lo que estoy convencido es que la energía debe servir para el desarrollo.
-¿En qué se imagina que se puede usar de inmediato?
-En incentivar la industria, el transporte eléctrico. ¿Quién no se imaginó una conexión por tren eléctrico o buses eléctricos entre Asunción y Ciudad del Este, o Asunción-Encarnación o Asunción Mariscal Estigarribia o Asunción-Pilar?
-¿Puede suceder?
-Usted me dijo: “qué se imagina”. El transporte eléctrico tiene que ir sustituyendo a los combustibles. Hoy ya se puede viajar en automóvil eléctrico a Ciudad del Este. Hay bocas de expendio por el camino. Imagínese de aquí a 10 años.
-¿Usted se recibió de Ingeniero en la UNA?
-No, en la Universidad Federal de Ceará, en Brasil.
-¿Oriundo de que ciudad?
-Soy Caazapeño, de Vizcaíno Cue. Migré a Ciudad del Este. Trabajaba en una gomería y estudiaba de noche. Por convenio tuve la suerte de llegar a la Universidad Federal de Ceará. También terminé, gracias a otra beca, un masterado en Administración de Empresas en la Universidad Católica de Asunción y otro masterado en el sector eléctrico en la Fundación Getulio Vargas de Curitiba. Siempre me gustó el sector eléctrico. A los 10 años ya hice mi primer alumbrado con un foco de linterna.
Estoy casado con Bertha González y tengo cuatro hijos.