CAACUPÉ (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). El ministro del Interior, Euclides Acevedo, se reunió en horas de la tarde de ayer con el director de Policía de Cordillera, comisario Juan Blanco; el intendente de Caacupé, Diego Riveros (PLRA); el jefe de la Dirección de Tránsito, Jorge Vázquez; y el presidente de la Junta Municipal de la villa serrana, Aldo Bogarín (PLRA). En el encuentro trataron detalles de las medidas de seguridad puestas en marcha en esta ciudad con miras a la fiesta en honor de la Virgen de los Milagros de Caacupé.
El novenario de la Virgen se desarrollará del 28 de noviembre al 8 de diciembre.
Tras la reunión, en conversación con la prensa, Acevedo dijo que la Policía Nacional primero trabajará para persuadir a los devotos para no concurrir a Caacupé, sea en peregrinación u otras formas. El propósito es evitar la expansión del coronavirus.
Fue claro al afirmar que también están facultados a utilizar la fuerza en caso de ser necesario para evitar las aglomeraciones.
“Sigue habiendo personas que vienen de forma aglomerada, por lo que la Policía puede actuar, sugerir e imponer para evitar la aglomeración. Esperemos que sea circunstancial. Este año, los peregrinos tienen restricciones”, subrayó Acevedo.
En cuanto a la presencia de niños en los sitios de oración, Acevedo dijo que la Policía está obligada en virtud del decreto presidencial existente al respecto a “invitar” a los peregrinos y sus hijos a retornar a sus hogares.
“La Virgen de Caacupé es mucho más comprensiva que nosotros; va a entender que no hace falta ningún sacrificio. El mejor obsequio a la Virgen en este momento es respetar el decreto sanitario y, por lo tanto, el respeto a la salud pública”, destacó.
“La conciencia no es tan eficiente. Después de la persuasión va a tener que venir la imposición. Si un ciudadano se rebela y altera el orden público, la Policía está obligada a actuar y la fiscalía va a tener que recurrir a los métodos que dice la ley”, enfatizó el ministro del Interior.