Docente recibe pena de 28 años por feminicidio

Un Tribunal de Sentencia condenó ayer a 28 años de pena privativa de libertad a Rogelio Roberto Henry Paiva (52), quien el 12 de setiembre de 2018 asesinó a sangre fría a su esposa, también docente, Ruth Beatriz González Espínola (44), en su vivienda de Villa del Carmen de la ciudad de Ñemby.

audima

El colegiado presidido por la magistrada Rilsy Judith Ortiz Fernández, e integrado por los jueces Pedro Raúl Nazer Ávila y Natalia María Alejandra Muñoz Carmen, condenó ayer al docente Rogelio Henry tras ser hallado culpable en juicio por el feminicidio de su esposa Ruth González.

El Ministerio Público estuvo representado por la agente fiscal Yrides Ávila, quien señaló que se acreditaron en juicio los elementos que exige la Ley Nº 5777/16 “De protección integral a la mujer, contra toda forma de violencia”, en el artículo 50, incisos a -referente a una relación conyugal entre víctima y victimario- y c -que la muerte ocurra como resultado de un ciclo anterior de violencia-.

De acuerdo con lo informado por la fiscala, el Tribunal consideró que en este caso no era necesaria la medida de seguridad, sobre la pena que alcanzó a 28 años, pues en la medición se tuvo en cuenta que el hombre no tenía antecedentes penales.

Celos

Ávila comentó que Rogelio Henry y Ruth González llevaban 20 años de casados y ambos se desempeñaban como docentes, solo que González tenía mayor éxito laboral y económico que su marido. Tanto el tiempo que ella pasaba fuera de casa como el mejor ingreso aparentemente despertaron los celos de Henry.

Uno de los cuatro hijos de la pareja manifestó durante el juicio que fueron testigos desde chicos de cómo su padre era violento con su madre, constantemente, algunas veces bajo efectos del alcohol, según informó la fiscala.

Incluso se registraron denuncias relacionadas a maltrato físico, psicológico y económico en el Juzgado de Paz de Ñemby.

Brutal crimen

El miércoles 12 de setiembre de 2018, Ruth y Rogelio se encontraban en la casa; este último llaveó todas las puertas del domicilio y alrededor de las 16:00 inició una discusión con la mujer.

Los vecinos escucharon los gritos y pedidos de auxilio, que casi eran constantes, pero nadie salió a ver qué pasaba. Sin embargo, dieron aviso al hermano de la víctima y a la comisaría 7ª Central de Ñemby.

Los uniformados como el hermano de Ruth llegaron a las 18:00, casi al mismo tiempo. Estos hallaron el portón principal trancado, por lo que tuvieron que forzarlo para ingresar; en ese momento se percataron de que la casa estaba a oscuras, pues Rogelio había bajado la llave principal de la electricidad.

El hermano y los policías utilizaron las linternas de sus celulares para iluminar el interior del domicilio a través de las ventanas. De esa forma notaron varios manchones de sangre en el suelo y las paredes, siempre según relato de la fiscala Ávila.

Esa situación hizo que forzaran la puerta trasera con la que contaba la casa para entrar. El hermano fue hasta una de las piezas, donde notó un charco de sangre y el cuerpo de su hermana cubierto con una sábana. En ese ínterin, desde otra pieza salió Rogelio con una especie de arpón casero, hecho con madera y varillas de hierro bien afiladas y amenazó a su cuñado: “Ahora te voy a matar a vos”.

Rogelio comenzó a perseguir al hermano de su esposa que yacía muerta dentro de la casa y detrás de ellos un policía dio alcance a Rogelio y logró reducirlo. Sin embargo, en un descuido, el ahora condenado tomó el arma e intentó autoeliminarse con ella.

Otros familiares ingresaron a la casa y notaron que sobre el cuerpo de Ruth estaban su celular y su cartera, revuelta, lo que hizo suponer que Rogelio procedió a revisar todas sus pertenencias, creyendo que lo estaba engañando.

Agentes de Criminalística de la Policía y la médica forense del Ministerio Público realizaron las labores de rigor y hallaron que Rogelio había utilizado el arpón casero para herir a su esposa, que luego recibió un golpe en la cabeza con un mazo, tras el cual cayó al suelo, donde Rogelio la remató con una azada.

Luego del crimen, el hombre se tomó el tiempo para limpiarse y cambiarse de ropa, pues las prendas que usó durante el crimen fueron halladas en la pieza desde la cual sorprendió a su cuñado.

La fiscala Yrides Ávila indicó que esos fueron los hechos, pero Rogelio durante la diligencia había declarado en su defensa que fue su mujer la que le atacó primeramente y que luego él se desvaneció. Sin embargo, eso no coincidía con la construcción de la escena y con los elementos hallados en torno al crimen.

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