El exministro ratificó ayer a ABC su posición sobre el déficit fiscal, luego de que el FMI diera a conocer las conclusiones de la misión técnica que evaluó la economía paraguaya en el marco del Artículo IV del Convenio Constitutivo.
El organismo internacional apoyó el plan de convergencia fiscal del Ministerio de Hacienda (ver cuadro), que prevé retornar al tope del déficit de 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB) establecido en la Ley de Responsabilidad Fiscal en 2024.
Barreto explicó que coincide con el Fondo en que las medidas económicas implementadas para enfrentar la pandemia fueron efectivas y que la recuperación económica es más rápida de lo que inicialmente se había estimado. Dijo que, incluso, la caída del PIB será inferior al 1,5% proyectado por el Banco Central del Paraguay (BCP) y el FMI. “Pero no nos parece adecuada la excesiva gradualidad en la reducción del déficit fiscal, considerando que el nivel de deuda pública sobre PIB superará el 31% a fines de este año y a que consideramos que el crecimiento económico recuperará su nivel potencial nuevamente en 2022”, argumentó.
Sostuvo que en este caso, ya no se requiere un impulso fiscal adicional y “el déficit debería retornar al 1,5% del PIB ya en 2022 y no recién en el próximo gobierno, cuyos planes ni siquiera podemos imaginar al día de hoy”.
A su criterio, lo más probable es que si el déficit no se reduce al tope de la Ley de Responsabilidad Fiscal en 2022, permanecerá a niveles alto, del 3% o más, con acelerado ritmo de crecimiento de la deuda. “Esto más temprano que tarde será fuente de pérdida de confianza y de inestabilidad económica en el futuro”, afirmó.
El FMI también plantea el aumento de los impuestos en un mediano plazo para financiar las inversiones que precisa el país, porque la reforma y la racionalización de gastos no serán suficientes para disminuir el déficit en la medida necesaria y mucho menos para crear espacio para gastos en educación e infraestructura.
Sobre este punto, Barreto expresó que ya dependerá de las necesidades de financiamiento del gasto e inversión pública, especialmente los costos de la reforma educativa y de salud pública, porque una vez que los inversionistas ya no quieran comprar los bonos paraguayos, se tendrá que cerrar el déficit fiscal con un aumento en la recaudación tributaria. “Seguramente hacia finales de la presente década”, indicó.
El saldo rojo empezó en 2012
Este año será el noveno consecutivo que el gobierno central cerrará con déficit fiscal, el más alto de los últimos tiempos y por segunda vez por encima del tope del 1,5% del PIB que establece la Ley de Responsabilidad Fiscal (con autorización legal). El año pasado fue -2,8% y este año será -7,2%, de acuerdo con las proyecciones del Ministerio de Hacienda, debido al elevado endeudamiento para hacer frente a la pandemia. El plan de convergencia al límite legal presentado por Hacienda y apoyado por el FMI, contempla para el próximo año 4% de déficit, al siguiente -2,8% y Mario Abdo Benítez cerrará su mandato con -2,1%; por lo que recién en 2024, con el nuevo gobierno, bajará a -1,5% del PIB.