Consciente y con tendencia a reincidir

Bruno Javier Marabel Ramírez fue evaluado psicológicamente por la licenciada Cecilia Mancuello Luna y psiquiátricamente por la Dra. Nélida Minck Benítez, ambas profesionales del Ministerio Público. En sus respectivos informes señalaron que el hoy hallado culpable de matar a su esposa, los dos hijos pequeños de esta, además de sus suegros, y condenado a 30 años de pena privativa de libertad además de 10 años de medida de seguridad, “reúne los requisitos de una clasificación internacional como trastorno antisocial de la personalidad”.

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Uno de los puntos destacados de la evaluación es que Bruno Marabel “es capaz de decidir sobre sus actos y asumir las consecuencias de los mismos. Conoce la antijuridicidad del hecho y se determina conforme a ese conocimiento”, según el escrito que fue transcrito en la sentencia judicial.

En otro punto, dan especial importancia a la evaluación realizada al condenado, pues “conforme a la valoración de riesgo de comportamientos violentos, según protocolo de investigación del HCR-20 (guía para la valoración de riesgo de comportamientos violentos), el evaluado sería una persona que presenta una elevada probabilidad de reincidir en conductas violentas, debido a sus características de personalidad y su manera de relacionarse con el entorno”.

En cuanto a otros aspectos de su personalidad, hacen referencia a que “sería una persona poco tolerante al aburrimiento o tedio” por lo que “podría presentar problemas con la autoridad y materiales, pudiendo resultar ser un sujeto rebelde”.

En cuanto a antecedentes de violencia, Marabel tuvo dos, el primero a los 12 años, cuando le “rompió el celular a su hermana porque no le prestó” y el segundo, “a los 15 años, cuando se peleó con un grupo de personas estando alcoholizado y le rompe la cabeza a dos personas, refiere con alarde del incidente, además que acepta haber matado a su suegro, niega estar involucrado en la muerte de las demás personas implicadas”, según el informe psicológico transcrito en la sentencia.

El exdirector del penal de Emboscada, Christian Rolando Ortiz Claverol, indicó que Bruno Marabel estuvo un mes a su cargo. Durante ese tiempo no tuvo quejas relacionadas a él, pues su comportamiento era tranquilo y callado.

Esto último, según la evaluación de las profesionales, se podría dar debido a que Marabel “muestra indicadores de desconfianza, solo desea disfrutar de la vida sin complicaciones, personalidad fría, poco sensible, confiado en sí mismo, vanidad, egocéntrico, ambición, falta de espontaneidad, cuidado de su autoimagen, buena autoestima, dificultad ante las normas sociales, ostentación de fuerza, predominio instintivo, narcisismo corporal”. De la misma forma se expresa en el informe psicológico que “se destaca la tendencia aparente del examinado, a actuar de manera impulsiva, no muestra remordimiento por su comportamiento, rechaza con intensidad las críticas, se siente importante y muestra intranquilidad”.

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