La Virgen de Caacupé estuvo de visita en el Perpetuo Socorro, en coincidencia con la recordación de los 288 años de la fundación de la Congregación de los Misioneros Redentoristas. La homilía del cura párroco Enrique López se refirió al año tan especial que nos ha tocado con la pandemia y que afectó a miles de personas en su salud y la pérdida de trabajo.
Se pidió con devoción que la Iglesia que es comunidad nos lleve a sentirnos felices y a recordar que es nuestra Madre María la que intercede por nosotros ante Jesús. Así también, por la honestidad de los gobernantes y por la salud de los enfermos de COVID y otras dolencias.
Una delegación del Santuario de la Divina Misericordia de Cocué Guazú de Areguá vino especialmente a buscar a la Virgen de Caacupé. El padre Marko Duda, de origen polaco, dirigió a los feligreses voluntarios que la llevaron en una carroza adornada con flores.