Las personas portadoras de VIH tienen afectado su sistema inmunitario por la acción del virus, lo que contribuyó a generar mucho miedo en todo este tiempo de pandemia. Temían acercarse a los hospitales precisamente por el riesgo de contraer el COVID-19. Ante esta situación, muchos interrumpieron sus tratamientos con antirretrovirales, que son necesarios para que sigan viviendo.
Juan Cabral, coordinador de Monitoreo y Evaluación de la Fundación Vencer, explicó que “antes de marzo aproximadamente 9.500 personas diagnosticadas con VIH estaban con tratamiento antirretroviral. Eso significa que asistían sistemáticamente a todos los servicios de atención integral del Pronasida, que funciona en todas las regiones del país”.
Según graficó Cabral, “la pandemia vino a contribuir a levantar las barreras de acceso al sistema de salud de todas estas personas y de las que fueron diagnosticadas este año desde la declaración de la pandemia en marzo. Eso básicamente afectó a los determinantes sociales: hubo personas que se quedaron sin trabajo, que dejaron de tener el sustento diario. Muchas personas que fuimos asistiendo este año se quedaron sin su pasaje, sin el transporte, sumado a las restricciones que hubo a inicios de la pandemia”.
Por otra parte, continuó el representante de la fundación, “había mucha desinformación sobre cómo afectaría el COVID-19 a las personas que viven con VIH, lo que generó una suerte de pánico dentro de la población. La gente no quería salir de sus casas, teniendo en cuenta que en el hospital hay un gran porcentaje de posibilidad de que contraigan COVID. En ese sentido fuimos implementando un delivery de medicamentos a las personas que no podían acercarse al servicio. Se hizo un esfuerzo con las agencias de cooperación internacional, el Fondo Global de Lucha contra el VIH, la tuberculosis, la malaria, y también la Cruz Roja suiza, que es otro de los cooperantes de la Fundación Vencer. Elaboramos un plan de contingencia en forma conjuntamente con Pronasida para que estas personas se queden en sus casas, pero que eso no sea un impedimento para que sigan sus tratamientos”.
En este escenario de pandemia, lo más importante para los pacientes con VIH, así como otras enfermedades crónicas, es que sigan sus tratamientos y reciban los medicamentos.
Las personas portadoras de VIH deben tomar las debidas precauciones para evitar contraer el COVID-19 debido a que su sistema inmunitario está debilitado.