Miguel Muñoz Armas, Heins Ratzlaff y Kurt Friesen montaron establecimientos ganaderos dentro de las tierras que pertenecen a la comunidad Loma, de los guaraní ñandéva. El inmueble se encuentra localizado en Infante Rivarola, en la frontera con Bolivia.
Muñoz Armas junto con los colonos menonitas Ratzlaff y Friesen solicitaron al Indert comprar las tierras de la comunidad. Los tres ganaderos iniciaron expedientes administrativos en el año 2010.
El Indert rechazó en octubre de 2011, resolución mediante, las tres solicitudes. Comunicó por escrito que las tierras pertenecen a la comunidad Loma, instalada en una fracción entregada por el Estado paraguayo.
Lejos de ceder en sus pretensiones, los ganaderos terminaron montando establecimientos dentro de la tierra indígena.
En procura de zanjar el conflicto, en mayo de 2019 el Indert solicitó una mensura judicial que concluyó en agosto pasado. La verificación judicial del inmueble confirmó que la tierra pertenece a los ñandéva.
Tierra de los ñandéva
La colonia nacional indígena Loma fue creada por resolución Nº 640 del 29 de octubre de 1984, del entonces Instituto de Bienestar Rural, sobre una superficie de 10.000 hectáreas.
La personería jurídica de la comunidad fue reconocida por Decreto 1232 del 24 de abril de 1989.
Desde el año 2013 los ñandéva vienen denunciando ante el Indi la invasión de sus tierras, por parte de estos tres productores. El instituto indigenista, lamentablemente, brilla por su inoperancia.
En plena sequía no pueden tener agua
En noviembre de 2018, Miguel Angel Muñoz Armas planteó medidas cautelares ante el juzgado de Mcal. Estigarribia. El juez Aníbal Ortiz Granada impuso la prohibición de innovar sobre el inmueble que pertenece a los indígenas.
La medida cautelar rige exclusivamente para los indígenas porque los ganaderos siguen con sus actividades cotidianas.
El 12 de febrero de 2019, Muñoz Armas comunicó a la ANDE la medida cautelar y con eso logró impedir que se instale luz eléctrica en la comunidad Loma.
Por falta de luz, el motor que permite la extracción de agua no puede funcionar.
Los indígenas ñandéva están sin agua en plena sequía, a pesar de ser los legítimos propietarios de una tierra entregada por el Estado.