Sería complicado llegar al desperdicio cero, dice Federico Vega Cameroni, ecólogo y consultor ambiental. El experto explica que se puede evitar que tanto embalajes como materia orgánica terminen como basura, pero todo lo patológico o bien los residuos producidos por la higiene humana no son sencillos de manejar en un hogar típico. “Los residuos producto de la higiene humana tienen patógenos y por este motivo no pueden ser incorporados a una compostera”. Como alternativa comenta que se podría utilizar un sistema de “baño seco”, pero este requeriría de cambios de hábitos y también de infraestructura en el hogar.
Se recomienda, en vez de utilizar servilletas de papel, volver a las de tela y lavarlas. ¿Es esta práctica realmente más amigable para el medioambiente -ya que requiere de la excesiva utilización de agua y jabón-? El experto explica que existen jabones que no dañan el agua una vez que llegan a los sistemas naturales, por lo que la opción de reemplazar el papel es interesante, ya que la tela de todas formas se incorporaría al proceso de lavado de prendas de vestir, que inevitablemente consumirá agua. Lo importante en este punto es usar el lavarropas solamente lo necesario.
En cuanto al desperdicio de agua, siempre existen dudas sobre la duración de una ducha estándar. El consultor ambiental sostiene que lo ideal sería abrir la ducha para mojar el cuerpo y cerrarla para el proceso de enjabonado. Lo mismo correría para el lavado del cabello, agrega. Además, se puede apuntar a la utilización de shampoo artesanal en barra (generalmente sin envoltorios dañinos para el medioambiente) en vez de shampoo líquido (que viene en botella de plástico). En nuestro medio, algunas empresas que se dedican a ello son Wembé -hechos artesanalmente en Paraguay con ingredientes 100 % naturales; además son veganos y cruelty free-, Las naranjitas y otras. Se pueden encontrar en ferias como la Red Agroecológica o en tiendas especializadas, como Jacaranda Eco Shop, La Tiendita del Bienestar o Eco Tienda Limpio.
Desde el maquillaje, un emprendimiento denominado ArtCycle-PY se dedica al “Arte y Gestión de residuos” y en su línea de trabajo incluyen bisutería con material reciclable, además de la recolección de papeles y maquillajes vencidos o en desuso que pasan luego a artistas que los utilizan como pintura.
Otras recomendaciones incluyen, en cuanto a la vestimenta, comprar en tiendas de segunda mano, o apuntar también a comprar de marcas sostenibles (que garantizan un proceso sustentable en la fabricación). También se apunta a la preferencia por los lentes de armazón en vez de lentes de contacto.
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Otra estrategia para disminuir los residuos en el hogar consiste en comprar todo lo que se pueda con envases de vidrio, en vez de plásticos. Ante esto, el ecólogo sostiene que es interesante comprar pensando en disminuir el volumen de basura que luego vamos a sacar a la calle, y “conocer qué envases y empaques son reciclados, ya sea en procesos intermedios o producto final”, para así evitar los que no tienen un destino como materia prima. “La reutilización ayuda pero es solo una parte del asunto”, dice.
Hoy se cuenta con opciones de reciclaje de varios materiales, pero muchas veces la gente no tiene conocimiento de ello. El especialista explica que los envases y empaques que se pueden reciclar son los metales ferrosos y no ferrosos, aluminio, botellas de vidrio, botellas y bidones de plásticos, cartones, papeles y envases larga vida. Algunas empresas que procesan lo mencionado anteriormente son Brassur –empresa dedicada a la compra, clasificación y compactación de metales-, Coresa –dedicada al reciclaje de distintos tipos de plásticos como el PET, polipropileno y politileno-, Fábrica Paraguaya de Vidrio, Angiru -emprendimiento que crea productos con conciencia socioambiental a partir de bolsas plásticas recicladas; billeteras, porta computadoras, neceseres, etcétera son los productos que ofrecen-, entre otras.
Otros materiales son más difíciles de reciclar pero de todas formas son necesarios, dice el especialista y agrega que se debería apuntar a que se reglamente su destino post-consumo, fomentando materiales alternativos. “Todo lo relacionado a bolsas de plástico, isopores, films de pvc podría evitarse”, sostiene.
Otro ejemplo en nuestro país es Redciclaje, una empresa que procesa y recicla plástico. Uno de los responsables, Guillermo Russo, explica que reciben los plásticos HDPE (polietileno de alta densidad, normalmente utilizado para tapitas, potes de yogur, botellas de shampoo, detergentes o suavizantes de tela, entre otros), PP (polipropileno, usualmente presente en macetas, frascos medicinas y en frascos para cremas corporales, etcétera), PET (tereftalato de polietileno, generalmete utilizado en botellas de agua o gaseosas, bebidas deportivas, lavatrastes, entre otros), LDPE (polietileno de baja densidad, generalmente utilizado para bolsas de supermercado, bolsas de basura, entre otros); ciertos tipos de plástico (en su mayoría PP Y HDPE) lo usan para crear nuevos productos y el resto se aseguran de que sean gestionados responsablemente.
Desde la cocina
Cada vez hay más información sobre reutilización y la población va adquiriendo hábitos que ayudan a cuidar el medioambiente. Uno de estos hábitos que va ganando adeptos es el compostaje. Este sirve para degradar de manera natural todo lo que es orgánico, como restos de frutas, verduras, hojas de plantas, entre otros, explica Vega y añade que el compostaje en casa ayuda a reducir el volumen de basura que va a los vertederos. “Al cabo de un tiempo toda esa materia orgánica se transforma de forma natural en abono que podemos incorporar a planteras, y/o jardín. A grandes rasgos se debe disponer de un lugar fijo para ir arrojando todo lo mencionado anteriormente, si se va usar el abono debe ser una estructura por sobre el nivel del suelo. Si no se va usar el abono, entones podría ser en un cantero de profundidad de al menos 70 cm”, comenta. Lo que se va arrojando a la compostera también requiere de un proceso de regado y tapado con capas de hojas secas; con ese microclima interno de humedad diferentes insectos de tierra y microorganismos se encargarán de degradar todo y con el paso del tiempo se irá reduciendo el volumen de lo que se arrojó originalmente, explica. “El aroma a tierra húmeda será el indicador de que el proceso es el esperado”, dice. En el Paraguay algunas empresas como Orgánica Compost Urbano, Paraguay Composta y otras ofrecen soluciones de biocompostaje.
También en la línea de enfrentar la enorme problemática del desperdicio de alimentos, nace la empresa Mboja´o, que opera más bien con empresas gastronómicas, pero hoy también está apuntando al trabajo con particulares, comenta Ximena Mendoza, fundadora y Directora de la empresa. El servicio que ofrecen consiste en recoger alimentos que se encuentran en perfecto estado para el consumo, pero no encontraron consumidor final en el día, y los llevan a lugares en los que puedan ser reaprovechados, como hogares, fundaciones y comedores sociales.
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“Muchas veces la comida que se desperdicia aún está en condiciones de ser consumida, sin embargo se tira porque no se sabe cómo usar o porque sencillamente no se nos apetece comerla”, explica Mendoza y agrega que por ello crearon con Unilever un recetario comunitario bajo el lema #OllaDeArte al que los consumidores pueden ingresar y tener a su alcance varias recetas para reaprovechar aquello que suele quedar de más en nuestros hogares. El recetario se encuentra en la web.
También es necesario ir incluyendo prácticas de consumo responsable, como calcular bien las porciones, informarse sobre tipos de conservación de alimentos, entre otros. Una opción es la tela preparada con cera de abejas, que sustituye, entre otras cosas, al film de pvc para tapar alimentos. La empresa paraguaya Tela de Abeja es una alternativa sustentable y reutilizable al uso de plásticos.
Desde la cocina, otras ideas para disminuir los desperdicios incluyen la utilización de filtros de tela en vez de filtros de café de un solo uso y en vez de tirar el gua que se usa para cocinar la pasta, se puede usar esta para regar las plantas del jardín. Todo esto ayuda mucho, sobre todo a pensar en la responsabilidad que tenemos como consumidores.
Algunos negocios de comida que ofrecen delivery o take out se ingenian para no generar tantos desperdicios, tal es el caso de Punto Pasta. Una de las personas a cargo de dicha empresa es Nalbis Pereira Rosas, quien se decantó por ofrecer comida para llevar en platos también comestibles. Cuenta que la idea surgió hace unos meses por la inquietud de volverse más amigables con el medioambiente. Conscientes de la gran cantidad de desperdicios que generan los platos de isopor y las bolsas de hule quisieron probar platos comestibles y bolsas de papel, pero relata que el desarrollo de los mismos presentó varios retos; por un lado el plato no solo debía ser ecoamigable o biodegradable, sino que también debía tener una textura correcta que soportara el calor y las salsas, aparte de un sabor agradable. “Mi esposo es cocinero de profesión, así que nos informamos un poco y nos pusimos a hacer las pruebas de tamaño, sabores, consistencia y todo lo que lleva sacar un nuevo producto; todo es totalmente artesanal porque no contamos con maquinarias, hacemos cada uno de nuestros platos”, explica y añade que los platos están hechos a base de harina de trigo; es una masa crocante horneada y sin conservantes ni saborizantes artificiales. Tienen dos variedades hasta ahora, uno básico y el otro con orégano y queso parmesano. “Además de comer rico no hay que lavar platos, pronto tendremos con semillas (este aún está en pruebas)”, comenta.
El ecólogo Federico Vega Cameroni también invita a colocar en botellas de plástico de litro los empaques de galletitas, sobres de jugo artificial, queso rayado, leche en polvo y yerba e ir compactándolos hasta que no quede lugar libre y lleguen a pesar 1 kilo cada una. Esto se llama ecoladrillo y se puede utilizar para hacer canteros o bien para donación a proyectos ambientales.
Muchas de estas ideas no son difíciles de llevar a cabo, ¿te apuntás al consumo responsable?