“Mi Cuidado, Mi Bienestar” es el lema de este año en el “Día Mundial de los Cuidados Paliativos” que se recordará el 10 de octubre, cuando se llama la atención buscando sensibilizar y comprender las necesidades médicas, sociales, psicológicas y espirituales de las personas que viven con una enfermedad avanzada y sus familias.
En Paraguay no tenemos una ley y mucho menos un programa nacional de cuidados paliativos, un tópico delicado y profundamente humano. En consecuencia muchas personas mueren con gran sufrimiento, lamenta la doctora Miriam Riveros Ríos, presidenta de la Asociación paraguaya de medicina y cuidados paliativos.
Determinadas enfermedades como el cáncer motivaron a que la Organización Mundial de la Salud se pronunciase sobre la necesidad de definir un enfoque amplio para mejorar la calidad de vida en enfermedades que amenazan la vida. Esto abarca los aspectos físico, psicológico y espiritual, así como su entorno familiar. Antes se tenía una idea bastante diferente con respecto al paciente que padecía una grave enfermedad porque no tenían cura. Hoy la medicina intenta llenar algunos vacíos especialmente en el acompañamiento del paciente desde el diagnóstico de la enfermedad.
“Un tema crucial es el dolor, el golpe de afrontar un diagnóstico grave, que empeora en intensidad cuando avanza en la etapa terminal, la agonía de la persona. Luego del fallecimiento hay un duelo en la familia”, explica la doctora.
“Y entre los síntomas más recurrentes están no solo el dolor, también náuseas, astenia o cansancio, y para eso se utilizan varios tratamientos farmacológicos, intervenciones, fisioterapia, psicoterapia, sin olvidar el aspecto sicológico que influye mucho. El dolor es total, duele el alma y el espíritu, por eso se recurre a la pastoral de la salud y existencial para quienes no creen”, especifica la especialista.
Intervienen varios profesionales de la salud: nutricionista, trabajador social, enfermería y los capellanes, son varias personas que trabajan de modo interdisciplinario para aliviar el sufrimiento de las personas. “Somos muy pocos -dice la doctora Riveros Ríos-: en el Hospital Nacional del Cáncer en Areguá, el INCAN, en el Hospital de Clínicas donde yo trabajo hacemos en consultorio y sala de internados. También existe en la Fundación San Rafael del Padre Trento, con más acompañamiento de la familia. Otros equipos médicos trabajan en Ips, en el geriátrico Boungermini, en el hospital San Pablo y Rigoberto Caballero”, apunta.
“En Paraguay no tenemos una ley de cuidados paliativos, no hay un programa nacional, lo que existe es un esfuerzo de estos hospitales, y con estos seminarios intentamos que la gente conozca y que se tenga un plan a nivel país. Lo que implica la sedación, cuidados paliativos en los niños, porque ellos también mueren con mucho dolor si no acceden a tratamientos”, describe.
Las patologías
Las patologías que más requieren estos cuidados son desde luego el cáncer, así como insuficiencia cardiaca, hepática, demencias, las neurológicas degenerativas, Sida en etapa terminal, por citar algunas. “Morir con dignidad, tiene que ver con la forma en que se vive ese trance final en forma digna, con remedios para el dolor, acceso a atención profesional, psicológica, espiritual y acompañamiento. No es acortar la vida, no es la eutanasia”, aclara. “Los cuidados paliativos acompañan en el declive de la enfermedad sin hacer intervención, controlamos los síntomas, no adelantamos la muerte”, insiste.
El seminario
El viernes 9, de 16:00 a 20:00, tratará sobre cuidados paliativos pediátricos. Y el sábado 10, de 8:00 a 14:00 se hablará sobre pacientes adultos. El curso está dirigido a médicos, licenciados en enfermería, kinesiología, psicología, nutrición, trabajo social, entre otros. Toda la información sobre este evento está disponible en la fan page de la Asociación Paraguaya de Medicina y Cuidados Paliativos.