El 2019 cerró con una cifra de cuatro donantes por millón de habitantes; sin embargo, a causa de la pandemia de COVID-19, este número se redujo, según explicó en entrevista con ABC el director del hospital San Jorge, Marcos Melgarejo.
Esto se debe a que –según explicó– en el país existe una escasa cultura de donación de órganos, a lo cual se le suma que en el marco de la cuarentena la gente ha salido menos de sus casas, se produjeron menos accidentes de tránsito y se redujo la cantidad de posibles donantes entre un 50% y 60%.
En comparación con otros países, proporcionalmente Paraguay está muy lejos, puesto que en Argentina, por ejemplo, hay por lo menos 24 donantes por millón de habitantes y en España, 50 donantes por millón de habitantes, debido a la cultura que se tiene con respecto a este acto de dar vida.
Asimismo, comentó que un paciente de 28 años con grave afección cardíaca, quien se encuentra conectado a un corazón artificial, necesita de un trasplante urgente, luego de superar el COVID-19. El joven llegó al hospital debido a su cardiopatía y por protocolo le practicaron el hisopado y dio positivo al nuevo coronavirus. Se curó del cuadro viral; sin embargo, su corazón fue empeorando y ahora está a la espera de una donación. En total, son tres las personas que requieren de un trasplante del corazón para seguir viviendo.
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Cabe recordar que con la promulgación de la Ley 2.162/2019, conocida como la “Ley Anita”, el 30 de noviembre del 2019, se establece como presuntos donantes a los pacientes con muerte encefálica de 18 años en adelante, a no ser que se haya manifestado lo contrario en vida.
No obstante, el director del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), Gustavo Melgarejo había manifestado en una entrevista que siempre se respeta la voluntad del fallecido, si es que la familia expresa que este se oponía a la donación de órganos, aunque no se haya realizado el mencionado trámite de oposición.
En ese contexto, es importante resaltar que solo se puede donar órganos, como el corazón, luego de que la persona haya sufrido de una muerte cerebral.
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