Esta mañana habló con ABC el abogado de Horacio Cartes, Pedro Ovelar, en relación a la delación premiada realizada por Darío Messer, “amigo del alma” del expresidente de la República Horacio Cartes, realizada en Brasil en el marco del caso Lava Jato.
Ovelar aseguró que hubo un esfuerzo muy grande por parte del Ministerio Público de querer involucrar a Cartes y no lo logró. “¿Dónde están las pruebas? ¿Ese caudal probatorio que debería existir si vos sos parte de una organización criminal?”, cuestionó.
Al ser abordado en relación al pedido de Horacio Cartes a Messer de que esperara a que termine su mandato para entregarse, respondió que es una falacia. “Eso no es cierto, el propio Messer dice: ‘Yo no sé si eso lo dijo Roque o me lo dijo él'. Si yo le estuviera haciendo las preguntas le sacaría a Messer la mentira y la tergiversación”, puntualizó.
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No obstante, cabe resaltar que a pesar de que ya existía una alerta internacional en el país y que tanto la Fiscalía como la Policía de Paraguay y también en Brasil lo estaban buscando, Messer siguió escondido y logró ir a Brasil durante el gobierno de Horacio Cartes.
En ese contexto, el abogado de Cartes reconoció que la trasferencia de dinero a Messer se realizó en enero del año pasado y también quiso justificar la transacción en base a la relación de ambos que eran “hermanos del alma”, vínculo que los cartistas buscaron desestimar durante el mandato de Cartes, cuando estalló la polémica de Lava Jato con la búsqueda de Messer.
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“Lo único que prueban acá es la amistad y el cariño de Horacio Cartes con la familia de Messer, no con las actividades que pudo haber tenido Darío Messer en su vida”, asegura Ovelar; sin embargo, al ser abordado sobre la responsabilidad que tenía Cartes como presidente de la República con la justicia paraguaya, que estaba buscando a su amigo, se limitó a reiterar la fecha de la trasferencia. No obstante, el inicio de las conversaciones se dio ya entre mayo y junio de 2018.
El defensor del exjefe de Estado también alegó que Messer en ningún momento señala que Horacio conoce a Roque Fabiano Silveira o que sea amigo comercial en algún emprendimiento y también defiende el hecho de que Cartes no estaba metido en ninguna organización criminal, porque si lo estuviera, el contacto de Messer se hubiera hecho entre los socios de la organización y no a través del hermano de Messer, Julio, médico residente que se encuentra en Estados Unidos, pero en su declaración Messer expresó que cree que Cartes evitó tratar con él directamente porque estaba debilitado políticamente y no quería exponerse.
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Asimismo, lo que para el abogado de HC no constituye un delito, para la Fiscalía de Brasil “la conducta del expresidente puede ser encuadrada, como mínimo, como agente promotor y financiador de una organización criminal transnacional”.
El argumento del Ministerio Público del país vecino sostiene que Horacio Cartes actuó en favor de la organización criminal, “no solo por el simple hecho de haber recibido una carta”, además de que estas evidencias demuestran que el entonces más alto funcionario público del Paraguay ayudó a Darío Messer a mantenerse prófugo a pesar de que ya había dos pedidos de captura en su contra: uno en Brasil y otro en Paraguay.
Antecedentes de Cartes
Cabe recordar que Horacio Cartes emprendió de manera independiente a mediados de 1980 en el rubro financiero, pero cinco años después, en 1985, se vio involucrado en una estafa de US$ 34 millones al Estado por la compra de dólares a precio preferencial, lo cual se logró a través de la falsificación de documentos.
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El expresidente de la República estuvo entonces prófugo de la justicia, pero tras ser detenido, entre 1986 y 1987 estuvo recluido en el penal de Tacumbú. La Justicia lo procesó en 1989 y lo condenó, pero en 2008 fue sobreseído definitivamente del caso de evasión de divisas y cinco años después ya asumía el Poder Ejecutivo.
Sobre sus supuestos nexos con el narcotráfico, las informaciones señalan que en el ’90 habría comprado una estancia al narcotraficante brasileño Milton Machado, ligado a Fernandinho Beira Mar, y en 2000, la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil incautó 343 kilos de marihuana y 20 kilos de cocaína de un avión que aterrizó en la estancia llamada La Esperanza, propiedad de Cartes.