En una mañana fría y con mucho rocío sobre la avena utilizada como abono verde entre cultivos de yerba mate, llegamos hasta Capitán Meza, 4 Bocas, departamento de Itapúa, para conocer una parcela de yerba establecida hace 60 años, y donde en los últimos 10 años el ingeniero Germán Kretshmer ha instalado el sistema de siembra directa, logrando notables resultados.
Cuando uno tiene la oportunidad de diseñar la distribución de plantas, y lo hace en el presente, quizás ya lo puede hacer atendiendo el factor de la mecanización para permitir que algún tractor o maquinaria pueda entrar entre las hileras.
Pero como la mayoría de los yerbales, como el que tenemos nosotros, fue implantado por nuestros abuelos y nosotros seguimos utilizando y aprovechando, tenemos que adecuar los trabajos al sistema con el que están distribuidas las plantas, y como este yerbal no permite la mecanización, el trabajo se realiza en forma manual, o sea, las semillas de avena y soja (en cada época) se sembraron en forma manual.
Manejo de cultivos
En el mes de mayo sembramos la avena como cobertura, y es claro que realizamos además ciertas fertilizaciones para que a nuestro suelo no le falten nutrientes; a finales de agosto la avena ya se ha desarrollado e incluso ya tiene semillas en estado lechoso, por tanto cuando la planta llega al punto de madurez antes de producir semillas viables, y procedemos a rolar y corpir la avena para dejarla como cobertura del suelo.
Ya en el mes de setiembre u octubre se procederá a sembrar la soja también de forma manual con matraca, lo cual nos permite un manejo mecánico sin dañar a las plantas, además nos permite ocupar la mano de obra, y darle trabajo a los vecinos cumpliendo una función social. En el caso de la soja, también se espera su desarrollo hasta llegar a grano lechoso y luego se incorpora como abono verde, en febrero-marzo.
Soja: incorpora materia seca y nitrógeno
Según la literatura, en las condiciones edafoclimáticas que se necesita en la zona de Capitán Meza, el suelo requiere de 6 a 7 toneladas de materia seca al año y creemos que estamos aportando esto logrando entre 4 a 5 toneladas de materia seca con la avena sembrada entre las hileras de yerba mate, y de 2 a 3 toneladas de materia seca con la soja.
En este caso, la materia seca que aporta la avena es de una alta relación carbono-nitrógeno, que permite una degradación lenta manteniendo la cobertura, no así la soja que tiene una baja relación carbono-nitrógeno, pero se degrada más rápido y eso permite también liberar mas rápido los nutrientes para la yerba mate, además sabemos que la soja fija nitrógeno en el suelo permitiéndonos ahorrar en aplicación de fertilizantes nitrogenados.
Control total de malezas
Un detalle importante sobre el cultivo de soja que abarca primavera-verano es que ayuda para el control de malezas, ya que utilizamos herbicidas químicos con fuertes criterios de uso correcto, y nos permite utilizar glifosato, cletodim y a esto le sumamos los trabajos de carpida; todo esto nos permite mantener el cultivo de yerba mate sin malezas para que la planta pueda expresar su mayor potencial de rendimiento sin interferencias ni competencias de malas hierbas.
Herramientas para aumentar rendimiento
Cuando pasamos del manejo convencional de la yerba mate al actual, también incorporamos otras herramientas tecnológicas, que tienen que ver con la cosecha, ya que el cortador que lo hace con tijera eléctrica es un profesional calificado, pues al hacer la cosecha también tiene el compromiso de hacer una poda de formación de la yerba mate.
También incorporamos la fertilización química aplicando nutrientes en forma directa en la proyección de la copa llegando a aplicar al año hasta 800 gramos por planta entre urea, sulfato de amonio y otros.
El conjunto de todas esas técnicas nos ha dado el aumento de rendimiento (año), podemos decir en líneas generales que aumentamos de 3.500 kilos por hectárea a 10.000 kilos por hectárea en el unos 10 años, y nos deja ganancias.