Después del desfile, en una entrevista televisiva desde el Elíseo, el jefe del Estado debía explicar las orientaciones económicas y sociales del nuevo gobierno para superar la crisis generada por la pandemia.
El tradicional desfile militar en la plaza de la Concordia reunió, bajo un cielo nublado, a unos 2.000 militares, menos de la mitad que para el habitual descenso de los Campos Elíseos.
En el cuadro final, el personal sanitario, vestidos con batas blancas, se unió a las filas de los militares bajo los aplausos de pie del presidente Macron y de toda la asistencia, mientras se desplegaba una inmensa bandera azul blanca y roja acampañada del himno nacional La Marsellesa.
Debido al riesgo sanitario, ni los blindados ni el público estaban autorizados a participar. Solo se mantuvo un desfile aéreo, abierto por el emblemático penacho de humo tricolar de la Patrulla de Francia, que embarcó a tres representantes del personal sanitario a bordo de sus Alphajets.
La ceremonia también se centró en las múltiples unidades militares que lucharon contra el virus coronario en la Operación Resiliencia, lanzada a finales de marzo, con un homenaje especial al servicio de salud de los ejércitos, movilizado en todas las direcciones en el momento más álgido de la pandemia.
Cuatro países europeos -Alemania, Suiza, Austria y Luxemburgo- estaban simbólicamente representados, para darles las gracias por haber atendido en sus hospitales a 161 pacientes franceses.
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, también estuvo presente en la Plaza de la Concordia.
En las gradas, 2.500 invitados, entre ellos 1.400 franceses que vivieron la epidemia en primera línea: personal sanitario, familiares de personal sanitario fallecido debido a la covid-19, profesores, cajeros, agentes funerarios, policías, gendarmes, bomberos, asalariados de fábricas de máscaras o de pruebas de detección del nuevo coronavirus.
La edición 2020 del 14 de julio comenzó con un homenaje al general Charles de Gaulle, cuya memoria se celebra este año con motivo de un triple aniversario: el 130º de su nacimiento, el 50º de su muerte, y el 80º de la llamada del 18 de junio de 1940, símbolo de la Resistencia.
El Jefe de Estado y su nuevo primer ministro Jean Castex deben gestionar esta vez una crisis a la vez sanitaria, económica y social que, según el Insee, hundirá a Francia en una recesión del 9% en 2020, nunca vista desde 1948.
Además de su plan de defensa en caso de rebrote de la epidemia, ¿será necesario hacer el uso de máscaras obligatorio? Macron debería precisar también el plan de recuperación económica y de apoyo al empleo previsto para el año escolar, incluidos anuncios sectoriales, que van desde las ayudas a la contratación de jóvenes hasta las medidas en favor del medio ambiente anunciadas ante la Convención Ciudadana por el Clima.
El plan prometido al personal hospitalario se finalizó ampliamente este lunes con la firma del Ségur de la Salud, que prevé 8.000 millones de euros, de los cuales 183 euros de aumento para el personal paramédico.
Otro tema delicado es la reforma de las jubilaciones, que el jefe del Estado quiere poner en marcha a pesar de la oposición de los sindicatos y de la patronal.
La noche del 14 de julio se anuncia inédita, ya que la mayoría de las ciudades francesas han suprimido los bailes los populares y los fuegos artificiales o, como en París, han prohibido al público venir a admirarlos.