Lo imprevisible de la expansión del coronavirus parece trasladarse a los representantes del Ministerio de Salud. Desde marzo pasado, desde el ministro Julio Mazzoleni pasado por su viceministro Juan Carlos Portillo o el director de Vigilancia de la Salud, Guillermo Sequera, proyecta un mes distinto para alcanzar el pico de contagios de coronavirus.
El 20 de marzo pasado fue Portillo quien estimó los picos de contagio para la segunda quincena de abril, lo que finalmente no sucedió. Los contagios sí se fueron expandiendo paulatinamente. Cabe recordar que en aquel entonces aún no se había aplicado la cuarentena estricta.
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Pasó la segunda quincena de abril y llegó mayo. El ministro de Salud, Julio Mazzoleni, dijo el 3 de mayo que el pico de contagios se daría “pasada la primera quincena de mayo o incluso a inicios de junio”. “Basados en cómo está expandiéndose la cuarentena, hay que ser cautos, no estamos en el pico. La duplicación de casos se daba casi cinco a seis días, lo que produjo un enlentecimiento significativo en la curva de casos, esto ha empujado más adelante el pico”, mencionó.
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Pasó mayo y llegó junio. También la cuarentena inteligente. Portillo habló de vuelta el 25 de junio y dijo: “Tenemos por delante un tiempo largo de condiciones que favorecen a la circulación del virus, como el clima. Venimos manteniendo plana la curva, vemos que hay un discreto incremento de casos, pero dentro de lo esperado. Esto puede seguir como una tendencia, pero hay mayor probabilidad de que si va a haber un pico, suponemos que puede ser a fines de julio, inicios de agosto, época de más frío”.
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Aún no llegó fines de julio ni principios de agosto, pero el ministro Julio Mazzoleni, por las dudas, adelantó de vuelta la proyección. Ayer dijo que el pico llegaría a fines de agosto y primeros días de septiembre, aunque esta vez ya previno advirtiendo que esto puede volver a cambiar.
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La situación genera ansiedad en la ciudadanía conforme el virus se expande en el país. No solo existe un relajo en los cuidados por parte de la población, sino también de las autoridades de control. Colectivos repletos, por ejemplo, son el caldo de cultivo ideal para el contagio frente al crecimiento de los casos “sin nexo”.
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A esto se suma el descreimiento de la ciudadanía hacia el Ministerio de Salud. Lo que comenzó “color de rosas” se deterioró al conocerse los casos de corrupción dentro del Gobierno. Mazzoleni ejecutó solo el 1% de los más de US$ 500 millones asignados a Salud a través de la Ley de Emergencia. La gente, cansada, se pregunta: ¿cuándo tendrán razón?