Una mala pasada le jugó la tecnología este jueves a Silvio “Beto” Ovelar, desnudando el alevoso tráfico de influencias que existe en el Congreso. Durante la votación del proyecto que establece un tope de G. 37 millones para funcionarios públicos, incluidas las binacionales, entre otros recortes, el legislador aparentemente llamó a su esposa para comentarle sobre los “avances” del proceso.
“Hola mi amor, los cartistas están con nosotros a excepción de Monges, que no estuvo presente, Calé y yo…”, dijo el expresidente del Congreso ya sobre el final de la votación, que finalmente ratificó la versión Senado (que sí establece los topes en los salarios públicos) por 38 votos a favor y cinco en contra.
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Efectivamente, el único cartista que votó por la ratificación del proyecto fue su propio redactor, Sergio Godoy.
El documento pasará ahora a Diputados, cámara que mutiló la intención de recortar el gasto en viajes y gastos superfluos.