Los moteles también piden a los clientes que no ingrese más de una pareja dentro de las habitaciones. Por una cuestión de privacidad, no se exige el control de la temperatura corporal dentro de este protocolo que implementaron a modo de reactivarse.
“Todos los funcionarios ingresan con tapabocas, tienen todos los insumos de higiene. Hay un control muy riguroso en cada turno. En las habitaciones se colocó un sector de higiene con alcohol en gel”, sostuvo Tania Troche, empresaria del rubro, en conversación con ABC.
Además, se ofrecen estadías promocionales con tarifas accesibles y promociones en determinadas comidas. Si bien nunca se prohibió la apertura de moteles, sí hubo una reducción de clientes por la cuarentena sanitaria y, en consecuencia, de las ganancias. La empresaria cifró la caída de ingresos en un 70%.
Los dueños admiten que el control sanitario es complicado, pero hablaron de la necesidad de ir reabriendo por completo estos sitios porque el sector emplea a una gran cantidad de personas, muchas de las cuales fueron despedidas por la crisis del coronavirus.