Fiscala Teresa Sosa se investiga a sí misma

La fiscala Teresa Sosa investiga una causa en donde ella y su jefa, la fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, son sospechosas de tráfico de influencias y de ser cómplices en la violación de la cuarentena de Karim Salum. La agente fiscal rompió el protocolo médico y fue a rescatar al empresario que llegó el jueves en un vuelo humanitario y evitó que haga aislamiento en un albergue con el argumento de que ya tenía 60 años y asma, pero en realidad solo tiene 50 años.

Teresa Sosa dentro del avión el miércoles pasado. Ella asegura que su presencia allí no implica que esté dentro de la aeronave, sino solo en la puerta.Gentileza Ministerio Público
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La fiscala Teresa Sosa se investiga a si misma, pues es la encargada de un expediente en donde ella aparece como presunta autora y cómplice, al igual que la titular del Ministerio Público, Sandra Quinónez. La causa inicialmente es contra el empresario Saber Karim Salum Penayo (50) por violación de cuarentena sanitaria, delito que la ley ambiental castiga con 6 a 18 meses de prisión y multas de entre G. 8 millones y 40 millones.

Son sospechosas porque el hombre fue beneficiado con una cuarentena sanitaria en su domicilio gracias a una intervención irregular de Sandra Quiñónez. La fiscala general del Estado pidió al Centro de Coordinación Interinstitucional que Karim Salum sea no sea trasladado a un albergue del Gobierno, confirmó el ministro de Asuntos Internacionales, Federico González.

Siguiendo las órdenes de su jefa, en el aeropuerto Silvio Pettirossi, Teresa Sosa violó el protocolo médico establecido, jactándose de su autoridad para otorgar privilegios y liberar a Salum. Dificultó el trabajo del personal de Salud, de la Dinac, ordenó que se haga lo que ella decía y hasta fue vestida como médica, según relataron testigos del incidentado procedimiento. Incluso subió al avión para interceder a favor de un solo pasajero.

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Además de violar el protocolo, Teresa Sosa liberó a Karim Salum con dos argumentos: que contaba con una enfermedad de base y que tenía 60 años, por lo que estaba en el rango de edad para hacer la cuarentena en su casa. No obstante, el empresario solo tiene 50 años y la fiscala responsabiliza a los funcionarios que le facilitaron mal la lista con las edades de los pasajeros.

A pesar de las sospechas de su participación en la violación de la cuarentena obligatoria al romper los protocolos y usar datos falsos para otorgar el beneficio del aislamiento en el domicilio, Sosa empezó a hacer diligencias que se limitar a investigar si Salum salió o no de su casa.

Ayer tomó declaración a la administradora y a dos empleados del edificio donde reside el investigado, quienes afirmaron que no lo vieron salir de su departamento. Mientras que en la Comisaría local dijeron que no existe denuncia alguna sobre la presunta violación de la cuarentena.

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Asimismo, Karim Salum es el jefe de una amiga de la fiscala general del Estado. Se sospecha que por eso Sandra Quiñónez intercedió a favor del empresario.

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El empresario paraguayo fue repatriado el miércoles pasado de EE.UU. junto con otros connacionales en un vuelo humanitario. A diferencia de los demás, que fueron a un albergue, él fue enviado a su vivienda para cumplir con el aislamiento obligatorio. Sin embargo, el viernes fue llevado por la Policía a hacer la cuarentena en Deportista Róga.

Karim Salum es hermano de uno de los cuatro gerentes del Grupo Cartes, Osvaldo Salum, quien por ende está ligado al entorno del expresidente de la República Horacio Cartes.

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