Bajo la dirección del doctor Carlos López, encargado de Sanidad de establecimiento penitenciario - seis internos trabajaron en la fabricación de la cápsula para trasladar a enfermos de COVID-19. López junto a otros colaboradores del departamento médico y de producción del penal - idearon el prototipo que posteriormente fue armado por los reclusos.
Para la creación de la “cápsula” utilizaron partes de una camilla en desuso que tenían en el reciento. A esta estructura le incorporaron tambores de plástico a modo de reforzar la base. La capa superior es de plástico transparente, similar al utilizado para la creación de mascarillas. El cierre es de velcro. Las medidas fueron previstas para que la camilla sea utilizada por un paciente adulto. Cuenta con un sistema ensamble - para ser utilizado con la base con ruedas o ser transportado de forma manual por dos enfermeros - además de orificios para respiración e introducir vías.
López mencionó a ABC Color que esta camilla es un elemento que podría utilizarse como una herramienta más para aislar a los enfermos de coronavirus, especificamente cuando los mismos son trasladados de un sitio a otro, y están en contacto con los enfermeros y doctores.
La camilla fue fabricada en 48 horas. De contar con los materiales necesarios para su preparación el proceso de producción será más breve e incluso podrán incluir a más internos en el trabajo, según explicó el doctor.
La intención es que la cápsula puede ser certificada por las autoridades sanitarias y llegar a una producción masiva de la misma.
Actualmente, los internos reciben donaciones de materiales para seguir con la fabricación de las camillas.