Édgar Melgarejo, quien dimitió hoy a la presidencia de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), habló en conferencia de prensa con respecto a su salida de la institución. Si bien en un principio dijo estar contento de que la Fiscalía investigue la cuestionada compra de mascarillas, tras el inicio de las diligencias del Ministerio Público, la suspensión del contrato y el escrache en redes, finalmente tomó la decisión de apartarse.
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“No acepto ninguna responsabilidad de ninguna índole con relación a los hechos que hoy generan dudas o sospechas. Hoy lo conveniente, maduro y la mejor decisión es dar este paso al costado, a los efectos de dar tranquilidad. Pido la oportunidad a la ciudadanía de defender la posición, a ejercer la defensa que tendré que defender y demostrar que nada tiene que ver con los hechos que se refutan como cuestionables en la sociedad en virtud a manipulaciones que se hicieron en las redes sociales, en los medios y sobre todo en el ámbito político (...) Estoy trabajando para demostrar la verdad histórica y la verdad verdadera”, señaló.
Insistió en que todo el caso se basó en “puras falacias y manipulaciones”. Ante la consulta de los periodistas, refirió: “No voy a hablar sobre los hechos investigados. Les pido una tregua hoy a todos los medios de prensa porque ya no voy a hablar sobre los hechos investigados y que hoy ya son parte de una causa de investigación porque eso incluso podría tener una repercusión penal”, alegó.
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No obstante, posteriormente, señaló que la licitación investigada “fue un proceso fidedigno, donde se compró algo necesario y se compró a un precio justo y se compró por debajo incluso de las compras que hicieron otras instituciones del Estado y en ese sentido voy a defender a mi administración, a mi actuar y a mi gente”, subrayó.
Afirmó que ya cuenta con abogados para ejercer querellas contra las personas que impulsaron esto y aseguró que “no va a esconderse” bajo la figura de la denuncia en ese caso puntual que refiere. “Voy a asumir querellas contra personas que instalaron falacias con intenciones de perjudicar a la institución, a mi persona y al Gobierno”, agregó.
Por otra parte, señaló que durante su administración, la Dinac tuvo “una infinidad de logros” y manifestó que él junto con los funcionarios a su cargo han logrado transformar la institución.
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“Yo asumo la responsabilidad política y también administrativa de lo que ha ocurrido aquí en su momento. Hoy, como corresponde, asumo como líder de la institución todo lo que pudo haber ocurrido y está en duda en la ciudadanía sin que eso signifique responsabilidad. Les ratifico: no hay ninguna responsabilidad penal ni administrativa porque se hicieron correctamente las cosas”, insistió.
Al ser consultado sobre qué pasará si el mandatario nacional, Mario Abdo Benítez, no acepta su dimisión al cargo, respondió: “No tiene retroceso, yo no creo que... y le pediría al Presidente que me dé esta oportunidad de ejercer estas acciones", subrayó.
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Antecedentes
El cuestionamiento hacia la compra de mascarillas para la contingencia del COVID-19 consistió en que cada una fue comprada por la Dinac por G. 29.990 cada una y está catalogada en la licitación como la común. Sin embargo, Édgar Melgarejo ratificó que los tapabocas eran quirúrgicos y que el precio era el correcto, además de argumentar que había un solo código para hacer estas compras.
Además, un importador identificado como Ignacio Pidal denunció que él había negociado con Melgarejo cada tapabocas a G. 2.700 directamente y consideró que son los mismos que fueron facturados a G. 29.990. A su vez, el titular de la Dinac trató a Pidal de “chanta” y lo acusó de mentir desde un primer momento.
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Melgarejo fue consultado también sobre algunas características llamativas del consorcio proveedor de las mascarillas, representado por Catherine Pamela Toñánez Vera, a lo cual respondió que no estaba al tanto de cómo funcionaba el mecanismo de licitación y tiró la pelota a la Unidad de Contrataciones de la institución.
Posteriormente, el Ejecutivo decidió suspender el contrato de licitación para investigar irregularidades y la Fiscalía, en el marco de una denuncia, realizó una serie de allanamientos en las oficinas de las que serían las firmas proveedoras de los mascarillas, así como dependencias de la Dinac. Tras los procedimientos, los intervinientes apuntaron a que habría serios indicios de que las empresas proveedoras serían “de maletín”.