Los empleados manifestaron su total apoyo al doctor Martínez, puesto que su gestión fue “intachable”, al igual que su acompañamiento humano, “con el espíritu de lucha que le caracteriza al líder que conoce a su equipo y se entrega por él, además de mantener siempre la humanidad por encima de todo protocolo".
También señalan que se sienten “profundamente avasallados y entristecidos” porque por simples “intereses institucionales” le cambiaron a su “capitán” justamente cuando más fortalecidos como equipo necesitan estar. No se tuvieron en cuenta los verdaderos intereses de la institución, que son los funcionarios, los principales ejecutores de la política de Salud”, agregan.
Asimismo, los funcionarios aseguran que “no es el momento ni la forma” de apartarlo del cargo, considerando que nos encontramos en plena pandemia y con gran temor. “Miedo, porque somos pocos, porque somos humanos, pero nuestro mayor miedo es a la incertidumbre del mañana, a este tipo de proceder repentino y sin sentido para quienes estamos en el frente de batalla”, expresan.
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Finalmente, aclaran que no tienen “nada personal” en contra del nuevo director, pues aún no lo conocen y no desean juzgarlo. “Pero sí desearle mucha fortaleza, astucia y espíritu de trabajo en equipo, pues la comunidad itapuense a quienes nos debemos es muy exigente y se merece solamente lo mejor de cada persona”, concluyen.
En reemplazo del doctor Martínez fue nombrado el doctor Martín Preda, un médico terapista, según confirmó el propio director saliente, quien informó que su colega ya está en posesión de cargo desde hoy.
El hospital regional del IPS en esta ciudad fue designado por el Ministerio de Salud como la unidad sanitaria donde se deben concentrar todos los casos de enfermedades relacionadas con causas respiratorias, como el COVID-19.
Hasta el momento no se ha dado a conocer el motivo de la destitución, pero es sabido que el doctor Martínez constantemente reclamaba por equipos de bioseguridad para el personal médico y enfermeras del centro asistencial, así como la lentitud de respuesta de las autoridades nacionales en disponer los recursos necesarios a nivel local para una eventual explosión de casos.