Comedor de la Parroquia San Blas: El milagro diario de multiplicar y alimentar

La crisis sanitaria trajo consigo, además del temor al contagio, la incertidumbre de la población, que de un día al otro, dejó de tener ingresos. Este duro golpe a la economía acarreó hambre en muchas familias, que hoy encuentran refugio en el buen corazón de grupos solidarios que se autogestionan para alimentar - con lo que no tienen - reviviendo a diario el milagro cristiano de la multiplicación.

Un equipo de personas solidarias trabaja diariamente para alimentar a más de 400 personas.Gentileza
audima

Uno de estos grupos que se organiza diariamente, ingeniándose para conseguir los ingredientes y alimentar a más de personas cada mediodía, es el de la Parroquia San Blas, dirigida por el cura párroco Zenón Berikani.

Si bien el comedor tiene una antigüedad de 10 años de trabajo, hasta hace poco alimentaban a un promedio de 35 niños por día. Ahora, con el giro que ha dado la preocupante situación sanitaria que enfrenta nuestro país, por pandemia y la consecuente crisis económica, la cifra de personas carenciadas creció exponencialmente.

Cada mediodía, llegan al comedor más de 400 personas, y ya no son solo niños, como antes, sino sus padres, y familias enteras que la están pasando realmente mal, y hoy no cuentan con lo básico para el sustento.

Ollas milagrosas

En el comedor liderado por el padre Zenón, cada día se hace realidad el milagro bíblico de la multiplicación de los panes. Y es que, a veces, ni los propios coordinadores, como Darío Benítez, Lucía, Juan, Eulalia, Paco, Juan, entre otros, tienen idea de dónde obtendrán los ingredientes básicos para preparar las enormes ollas. Pero, a última hora, todo llega, y se logran obtener suculentos platos para paliar el hambre de la población del barrio San Blas de Loma Pytá.

El éxito de cada jornada depende del ingenio, de los insumos que lleguen, y de la habilidad de las expertas cocineras. Lucía, Andresa y Modesta, cada una a cargo de su olla, logra obtener entre 120 y 130 platos.

La comida empieza a servirse a las 11:30, y poco después de las 12:30, el equipo festeja un nuevo logro: un nuevo día en el que el desafío se cumplió.

Más manos solidarias

Supuesto, siempre se necesita un poco más. Reciben apoyo de un supermercado de la zona, de una universidad de medicina local y de la Pastoral Social Arquidiocesana, además de cientos de ciudadanos particulares de buen corazón.

Pero apelan a más personas de buena voluntad que puedan acercarles los víveres necesarios, para afrontar la batalla de cada día. Hay varias opciones para ayudar. Una de ellas es acercarse directamente a la parroquia San Blas de Loma Pytá.

La otra forma de ayudar es contactarse a los teléfonos (0981) 281 435 (padre Zenón Berikani) o al (0981) 227 110 (Darío Benítez).

También está habilitada una cuenta en Banco Visión (N° 49312) a nombre de Zenón Berikani, en la cual se reciben donaciones solidarias.

Medidas sanitarias

El comedor está ubicado en el mismo predio de la parroquia, en un tinglado en el que se cumplen todos los estándares de seguridad sanitaria, aseguró Darío Benítez, uno de los coordinadores del proyecto.

Se evita la aglomeración y las filas se hacen con un distanciamiento de dos metros. Se dispone de un lavatorio y todos los asistentes reciben indicaciones de lavarse las manos, para posteriormente aplicarse alcohol en gel.

Los encargados de administrar y servir los alimentos utilizan guantes y tapabocas.

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