Si bien la Ley Nº 5508, de promoción, protección de la maternidad y apoyo a la lactancia materna, otorga en la actualidad 18 semanas (126 días) de reposo a la trabajadora, para garantizar la recuperación de la madre y la lactancia adecuada del recién nacido, lo cierto es que al reintegrarse la mujer a sus labores, el bebé necesita seguir siendo alimentado con el pecho materno.
Para las interesadas en mantener el hábito de dar de mamar, que tiene beneficios invaluables en el sistema inmunológico del niño, es una cuestión preocupante pensar cómo harán para combinar sus roles de trabajadora y madre lactante. Esto, considerando que durante la jornada laboral de ocho horas, el niño se mantiene separado de su madre, lo que representa la posibilidad de que sufra la falta del pecho materno, o, en el peor de los casos, que se desacostumbre a mamar. Así, se desperdiciarían los incontables beneficios de este alimento.
<b>El gran dilema</b>
¿Cómo podemos resolver este gran dilema para que, cuando la madre regrese al trabajo, el bebé siga mamando en forma? Esto, considerando que el biberón no es lo más recomendado por la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics).
Las doctoras Belén González y Andrea Ramírez, fundadoras del equipo de profesionales Criar y Crecer, son especialistas en pediatría que destinaron sus conocimientos y experiencia en maternidad al servicio de la formación de madres paraguayas que desean garantizar una excelente crianza a sus bebés en los primeros mil días de vida.
Cordialmente, charlaron con ABC Color y nos respondieron a las preguntas más frecuentes que se hacen las madres, tanto en el consultorio como en el hogar, donde verdaderamente nos enfrentamos al desafío de cuidar a un recién nacido, y son muchas las veces en que no encontramos respuestas cuando más las necesitamos.
<b>Vencer los prejuicios</b>
Lo primero que debe saber una madre trabajadora es que su realidad y estilo de crianza deben ser muy respetados tanto por los médicos como por la sociedad. Por lo tanto, lejos de los prejuicios, todos los integrantes de su círculo laboral, familiar y social, deben animar a las madres a continuar con la lactancia materna exclusiva (LME). Existen varios hábitos y estrategias que se pueden implementar para lograrlo.
El biberón, en la actualidad ya no está recomendado, porque crea confusión en la succión del pequeño. El inconveniente es que con la mamadera recibe la leche con mayor facilidad. Esto ocasiona que al momento de estar ante el pecho materno, se niegue a realizar el esfuerzo de succionar correctamente.
Por suerte, está la opción de extraerte tu propia leche materna, formar un banquito casero en el congelador de tu casa, y que el cuidador del bebé le proporcione tu leche en tu ausencia.
Pero, ¿en qué le pueden dar la leche al bebé ya que el biberón no es recomendado?
Existen algunos métodos alternativos, si lo que queremos es continuar amamantando por un periodo largo, mas allá incluso de los 6 meses, así como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud, que alienta el mantenimiento de la lactancia hasta los dos años o más.
Te contamos cuáles son:
La técnica del vasito: Aunque cueste creerlo, los bebés desde recién nacidos, son capaces de consumir leche directamente desde un vasito. La única condición que se necesita es conseguir un vasito que sea libre de BPA (bisfenol A), un producto químico industrial que se utiliza para fabricar plásticos, y se considera peligroso para la salud de fetos, bebés y niños. Los vasitos sin BPA se pueden encontrar fácilmente en tiendas especializadas en bebés.
Se puede dar leche materna en vasito al recién nacido de la siguiente manera:
Se posiciona al bebé semisentado sosteniendo completamente su cuerpo y su cabecita. Se le ofrece el vaso cerca de la boca. El bebe, por reflejo, intentará levantar el contenido del vasito con la lengua.
La técnica dedo-jeringa: Como su nombre lo indica, en esta técnica se utiliza una jeringa que se introduce a la boquita del bebé con la ayuda de un dedo, que simulará el pezón. Este método es ideal para que el papá administre la leche materna durante la ausencia de la mamá. También puede hacerlo la persona que cuida al recién nacido.
¿Cómo se hace exactamente?
La leche se carga de a poco en una jeringa limpia, y se va liberando en pequeñas cantidades en la boca del bebé. Pero al mismo tiempo, introducimos nuestro dedo meñique en la boca del niño. Esto, de manera que al succionar el dedo, el niño sienta una sensación parecida a la acción de mamar.
Quizá las mamás primerizas también se estén preguntando, si el bebé pasa ocho horas o más lejos del pecho, ¿puede ocurrir que ya no quiera mamar?
Las doctoras explican que siempre existe la posibilidad de que el bebé termine rechazando el pecho. “Pero la posibilidad es muchísimo menor si es que evitamos el uso de distractores de la lactancia, como lo son el chupete y el biberón; sobre todo cuando el bebé es muy pequeño y la lactancia aun no esta bien establecida. “La recomendación en ese caso es que durante sus horas laborales la mamá se extraiga continuamente leche, al menos cada tres horas, para no perder la producción mientras el bebé no está mamando”, indicó la doctora Belén González.
Hasta aquí todo bien, pero ahora viene lo fundamental. El banco de leche casero: Prepararlo requiere de ciertos conocimientos puntuales para garantizar la correcta refrigeración del que será el alimento exclusivo de nuestro bebé. A tomar nota:
*Lo ideal es que la madre que volverá a trabajar arme un banco de leche casero por lo menos dos o tres semanas antes del retorno laboral.
*Toda la leche extraída debe ser etiquetada con fecha y en lo posible congelada, de preferencia en envases de vidrio previamente esterilizados. Si queda solo en la heladera debe ser utilizada en la brevedad posible (máximo dos días).
*La leche congelada puede durar, en un buen congelador, hasta seis meses. En un congelador de heladera con puerta independiente, hasta tres meses, y en un congelador de heladera sin puerta independiente, solo hasta 15 días.
*En todos los casos, la leche se debe guardar siempre lo más al fondo posible en el congelador.
Mientras la mamá está en el trabajo, ¿cuántas veces debe tomar leche el bebé ya sea en vasito o en jeringa? Las doctoras explican que esta pregunta no tiene una respuesta específica, pues depende mucho de las demandas del bebé. Cada niño es un mundo, por lo que es misión de los padres aprender a reconocer los signos de hambre y saciedad.
La mayoría de los papás logran reconocer estos signos luego de cierto tiempo. Es fundamental que tanto la lactancia directa desde el pecho como la administración de leche a través de cualquier método, sean guiadas por estos signos.
Entrenar el patrón de succión
Darle leche materna de maneras alternativas, ayuda a que el bebé no pierda la costumbre de mamar, porque se mantiene el patrón de succión, que es completamente diferente al patrón de succión que presenta el bebé que toma biberón, por ejemplo. Por eso es que dar la leche en biberón muy tempranamente a un bebé en quien no esta aún establecida la lactancia puede aumentar las probabilidades de que abandone tempranamente el pecho.
A eso hay que sumarle que el flujo de leche a través del biberón es mayor que cuando se pone al pecho al bebé. Esto puede generar posteriormente el rechazo por parte del lactante, que ya se acostumbró a “la facilidad” de salida que le da el biberón.
<b>A pesar de todo, el mejor alimento</b>
Existen ciertas propiedades de la leche materna que se pierden o se alteran cuando se congela. Entre algunos cambios, aumenta la acidez de la leche, disminuye la lactosa y se alteran parcialmente las grasas. Si bien siempre la mejor opción será que el lactante reciba la leche directamente de su madre, cuando esto no es posible y a pesar de que existan ciertas variaciones, siempre será mejor que reciba leche de pecho que una de fórmula.
Hablemos ahora de la forma correcta de descongelar la leche de nuestro banquito casero para dársela al bebé. Tenga en cuenta este paso a paso:
*La leche materna nunca debe ser calentada en el microondas. Tampoco directamente al fuego. Lo ideal es pasar del congelador a la heladera la que vamos a utilizar al día siguiente. Cuando ya está líquida, se calienta agua en un recipiente y se introduce la leche, contenida en un recipiente de vidrio (baño María).
*La leche descongelada debe ser utilizada en las 24 horas siguientes.
<b>Cómo extraer y congelar higiénicamente</b>
*Para asegurarse de que la leche que nos extraemos mantenga la cadena de frío y se conserve en forma higiénica, debemos seguir los pasos correctos desde la extracción.
*Primero, la madre debe lavarse las manos. Los elementos del extractor deben estar limpios (lavados con agua, jabón y esterilizados).
*Para el almacenamiento se debe contar con un recipiente de boca ancha, de preferencia de vidrio. Se pueden utilizar envases de café, por ejemplo.
*No están recomendados en lo absoluto los recipientes de plástico por el riesgo de contaminación con BPA.
La mejor medicación
El tiempo de congelación está estrechamente relacionado con las características del recién nacido. Los factores varían si se trata de un niño a término o de un prematuro con condiciones patológicas de base.La leche de la madre es tan “mágica” que se adapta a las necesidades de salud actuales del bebé. Si el pequeño está enfermo, su mejor medicación es la leche que su mamá le da directamente del pecho ese día, pues tiene las propiedades precisas que requiere para reponerse.
Si bien es cierto que los requerimientos de nutrientes en un lactante van cambiando a medida que va creciendo, porque la leche materna es un fluido vivo y cambiante, esto no es un gran problema.
Aún así, si le damos leche extraída 4 o 5 meses después, tampoco será un gran problema, porque igualmente ese niño estaría recibiendo un alimento valioso.
Tal es así que en las unidades de cuidados intensivos de recién nacidos se recomienda en primer lugar la leche de la madre, y si no se cuenta con ella, la segunda mejor opción es la leche donada de banco de leche (es decir, de una madre diferente).
Como se puede ver, siempre será mejor la leche materna - incluso aunque no fuera de la propia madre - que la fórmula.
¿Por qué no está recomendado el biberón para el bebé?Las Academias Americana y Española de Pediatría desaconseja el biberón y el chupete porque los considera “distractores de la lactancia”. También, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unicef, a través de la Iniciativa Hospitales Amigos del Niño y de la Madre (IHAN) recomiendan como como una de las estrategias para lograr una lactancia exitosa, evitar el uso de los ya citados “distractores”.
El mecanismo de mamar
Para entender-y explicar a la familia-por qué es mejor no utilizar biberones ni chupetes, es básico entender el concepto de patrón de succión. Consiste en un complejo movimiento de varios músculos de la boca. La lengua realiza un movimiento ondulante ejerciendo presión sobre el pezón-areola, extrayendo la leche que necesita el niño. Sin embargo en el caso del biberón, el lactante posiciona la lengua de una manera diferente, extrayendo la leche por efecto “presión negativa”. Estos son dos patrones muy diferentes de succión. Y es esta situación la que genera confusión en el lactante que usa biberón.
Doctora Belén González - Pediatra
Existen ciertos biberones que, según se promocionan, tienen una “etina especial” que sí es recomendada. ¿Esto es cierto?
-Hoy día existen algunos biberones con tetinas que simulan el pecho materno. En este caso las probabilidades de confusión de ese bebé serán tal vez menores, pero realmente es muy difícil que se emulen correctamente las condiciones fisiológicas que se dan cuando el bebé mama.
¿Cómo puede prepararse la madre durante el embarazo para tener buena cantidad de leche materna?
-Es importante despertar en la madre el conocimiento acerca de todo lo que su bebé pierde al no mamar, porque pareciera que con citar los beneficios solamente, no basta.
La información apropiada y oportuna a la mujer embarazada es lo que conferirá mayor capacidad en la resolución de dificultades que pudieran presentarse.
¿Es un mito que algunas mujeres no tienen leche?
-Si bien existen algunas condiciones de poca producción de leche, estas situaciones son muy poco frecuentes. La mayoría de las mujeres tenemos el potencial de producir leche. Lo que sucede es que en el camino se presentan situaciones que disminuyen la producción y la madre percibe esto como una incapacidad, cuando realmente el problema es solo una disminución por técnica incorrecta o por uso de leche de fórmula, que también genera menos producción porque hay menos extracción del pecho.
Dar la teta en tiempos de dengue
Cuando de amamantar se trata, las madres tienen muchos testimonios y sobran las preguntas. Una de las más frecuentes en esta época de epidemia de dengue, es si se puede dar de mamar teniendo el cuadro.
Según nos especificó la doctora Belén González, las recomendaciones de todas las grandes organizaciones es que se continúe la lactancia materna independientemente al cuadro de dengue de la madre. “Porque hasta ahora no se ha podido comprobar que el el niño adquiera la enfermedad a través de la leche materna”, remarcó la doctora.
Este fue el caso de Rossana, una mamá que se llevó un gran susto cuando se enteró que tenía dengue, teniendo su bebé tres meses de vida, y dando lactancia materna exclusiva. Al consultar con su pediatra, este le dijo que no existía ningún impedimento para que el bebé dejara de lactar. Al contrario, le indicó que este es el momento en que con más razón debía darle de mamar, para que desarrolle anticuerpos y pueda defenderse del virus, si eventualmente le llegara a tomar la enfermedad.
Mamar con intolerancia a la lactosa
Claudia (nombre ficticio), otra mamá entrevistada por ABC tuvo grandes dudas cuando su bebé de cuatro meses fue diagnosticado con un cuadro de intolerancia a la lactosa. Sobre esto, la pediatra Belén González nos explicó que son casos delicados en los que se deben analizar los pormenores. Pero en el sentido general, explicó que los cuadros de intolerancia a la lactosa en bebés generalmente son transitorios, y no tienen nada que ver con la ingesta de leche o gluten por parte de la madre.
Claudia tiene otra teoría. Ella sí cree que su dieta influye significativamente al momento de amamantar a su niño. Por eso, sigue una alimentación estricta, libre de proteína de leche de vaca, soja, huevo, etcétera, alimentos que su bebé no debe ingerir, y que, según refiere, le llegan al niño a través de la lactancia. Ella dice haber comprobado a través de síntomas, como las deposiciones del bebé, que su alimentación afecta directamente al bebé a través de la leche materna.
Esta madre tiene la esperanza de que siguiendo la dieta correctamente, su bebé puede llegar a la cura definitiva, idealmente antes de cumplir un año.
Si desea obtener más información de parte de las especialistas del equipo de Criar y Crecer, es una buena opción acceder a sus páginas en las redes sociales, donde constantemente plantean este y otros temas relacionados, con información muy útil y puntual al respecto.
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