Otro posible “palo en la rueda” en la obra de las líneas de 500 kV

Si la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) no establece plazos de conclusión de las dos líneas de 500 kV Itaipú-Minga Guazú, cuya licitación se sigue postergando, no fija penalizaciones para eventuales atrasos, y no libera la franja de servidumbre, se estará autoimponiendo otro palo en la rueda, advirtió el Ing. Axel Benítez, especialista del sector eléctrico.

Vista aérea del complejo hidroeléctrico paraguayo/brasileño Itaipú. en el medio el excanal de desvío.
Ing. Juan José Encina Cabrera (*)
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El Ing. Benítez aseveró que las sucesivas administraciones del ente estatal siempre crearon “cuellos de botella” de ex profeso y así evitar traer más energía de las hidroeléctricas binacionales. Advirtió que el proyecto de las dos LT 500 carecen de un plazo fijo de terminación y que eso representaría una dificultad para que se ejecute la obra.

Sobre la nueva postergación de la recepción de ofertas en el marco de la licitación de la citada LT 500, Benítez afirmó: “La ANDE nunca se atrevió a dar el salto cualitativo y es la institución que siempre puso el palo a la rueda, y eso está reflejado en su propio Plan Maestro, que prevé un presupuesto irreal”.

Agregó que el presupuesto (teórico) de la ANDE es alrededor de US$ 1.500 millones, pero sus “ingresos reales” llegan apenas a US$ 900 millones. Como consecuencia, según lo explicado, los problemas reales se ven en la falta de inversiones. “Esta línea de 500 kV tiene financiamiento externo, pero la traba está en la contrapartida local”, acotó.

Añadió que la falta de plazos también se puede ver en esas licitaciones extemporáneas, como la de los reactores de 500 kV que no se colocaron en su momento a la estación de Villa Hayes. Advirtió que si los reactores no están allí, la interconexión entre Itaipú y Yacyretá no será factible y no habrá una alternativa en casos de contingencias.

El experto puso como ejemplo la falta de adecuación de barras en el caso de Yacyretá, donde se había terminado la línea de 500, pero un año y medio después se destranca el “cuello de botella” de la adecuación.

Citó como otro ejemplo el caso de la construcción de la doble terna Villa Hayes-Lambaré o Sajonia, de 20 Km, cuya terminación tardó nada menos cuatro años, durante la administración de Víctor Romero Solís, y lo mismo o algo peor puede ocurrir con la LT 500 kV Itaipú-Minga Guazú.

En términos prácticos, sin esas obras de infraestructura, los usuarios de la ANDE seguirán sufriendo de los cortes porque el problema en nuestro país no es la generación de energía, que tenemos en abundancia, sino la falta de líneas de transmisión que lleve esa energía a las viviendas.

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