Las declaraciones de Valenzuela habían generado controversia, puesto que insisten en que sus palabras no fueron de “apoyo” a las parejas homosexuales. “Lo expresado en la homilía fue que hay que acompañar a las parejas homosexuales de forma adecuada”, indicaron ayer en un comunicado difundido.
“Hoy día encontramos que hay parejas homosexuales que forman su familia. No podemos nosotros desconocer esa realidad. Exigen una competencia y preparación particular de parte de los movimientos familiares para acompañar a estas personas, para poder darles misericordia y comprensión. No le podemos denigrar, no le podemos acusar simplemente de una situación moralmente irregular, que es cierto, pero no conseguimos nada con eso sino proponiendo que vivan adecuadamente, que se reintegren, que recen, que sean solidarios, que sean sensibles a los pobres y a los necesitados. Así que todo esto nos habla de una variedad de familias en nuestra sociedad globalizante en la que estamos todos inmersos”, había indicado textualmente el arzobispo de Asunción durante la homilía de la misa del domingo pasado.
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El tema sigue siendo urticante para la Iglesia católica local, pese que incluso su máxima autoridad, el Papa Francisco, se ha expresado en varias ocasiones en defensa sobre todo de la dignidad de la persona por sobre cualquier adjetivo. “Todos somos seres humanos, tenemos dignidad. Si una persona tiene una tendencia u otra, esto no le quita la dignidad como persona”, había dicho el sumo pontífice en una entrevista este año.
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También, en documentos del Vaticano como el Catecismo de la Iglesia Católica que hace referencia al trato hacia los homosexuales. El texto indica: “Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición” (CIC 2358).
No obstante, la Iglesia católica sigue siendo un tanto más conservadora, sobre todo al asociar a las parejas gay con el término “familia”, ya que defienden la concepción tradicionalista de ésta en cuanto a que únicamente puede darse entre hombre y mujer.