Ayala, que conversó este miércoles con radio ABC Cardinal, detalló que la denuncia del robo de la centenaria pieza que estaba en la Plaza Constitución, frente a la Comandancia de la Policía, fue realizada por la Municipalidad de Asunción a la Policía el 27 de noviembre. La Secretaría Nacional de Cultura advirtió del hecho el 2 de diciembre.
Sin embargo, Ayala contó que tras la investigación que hicieron los agentes de la dirección a su cargo se concluyó que la pieza fue robada a inicios de noviembre. Lo que más llama la atención es que nadie se dio cuenta en ese lapso, pese a que supuestamente existe un funcionario de la municipalidad responsable del cuidado de la plaza.
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Tras cotejar los datos, la Policía identificó a los ladrones, que -según los agentes- son del barrio Ricardo Brugada, más conocido como Chacarita. En total, cuatro personas fueron detenidas: posteriormente tres fueron liberadas y una enviada a la cárcel de Tacumbú.
El subjefe de Investigaciones contó también que estas cuatro personas, de quienes dijo son adictas a las drogas, trataron de vender la pieza como bronce pero no lo consiguieron. El ganso está hecho de hierro fundido.
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Como no podían hacer dinero con la histórica pieza, trataron de venderla a cualquier precio. Ayala manifestó que los marginales, quienes admitieron el robo, lograron comercializarla por G. 70.000. Así, supuestamente, fue pasando de mano en mano.
“Tuvimos allanamientos en base a las versiones de ellos (...) En el barrio Ricardo Brugada tenemos a varias personas que se dedican a recibir este tipo de cosas, reducidores. Reciben bronce, hierro... Son -sin desmeritar- la gente más baja”, expresó Ayala.
La Policía no pudo encontrar el ganso en los allanamientos. El lunes pasado, la pieza fue ubicada en uno de los pasillos de la Chacarita, una semana después de hacerse pública su desaparición. Ahora está en manos de la Secretaría Nacional de Cultura.
La pieza fue comprada de Francia a inicios de siglo pasado y colocada en la Plaza Constitución durante el gobierno municipal de Eduardo Schaerer (1908-1911), el mismo que años después se convertiría en presidente de la República. Fue hecha en el Taller Fonderies, uno de los más prestigiosos sitios de elaboración de esculturas de París a inicios del Siglo XX.